domingo, 7 de enero de 2024

La literatura sobre la Historia de la Policía

Del boletín "Emblema" de enero, tomamos este interesante trabajo de nuestro buen amigo y compañero el Comisario Pral. Félix Alvarez Saavedra.

Una breve aproximación.

A pocos días de celebrar oficialmente el 200 aniversario de la creación de la Policía en España, no está de más echar un vistazo a lo que se ha escrito sobre esta institución. No pretendemos hacer un estudio exhaustivo, pormenorizado y concluyente sobre el particular, pero al menos una aproximación a lo que se ha escrito sobre ella, tanto en el siglo XX como en el presente.

Viene a colación este artículo debido a que leemos de cuando en vez noticias acerca de la oportunidad o no de la celebración, de la certeza histórica de la fecha, de si somos o dejamos de ser. En fin, en la mayoría de las ocasiones ruido interesado, poco documentado y ¿por qué no decirlo? con un tufillo de envidia más que evidente.

Para llegar al 200 aniversario hemos tenido que trabajar cada uno de los 199 años anteriores, cosa en la que todos estaremos de acuerdo. Y antes de este segundo centenario ya celebramos hace 25 años el 175 aniversario de la Policía. ¿Alguien recuerda comentarios, críticas, artículos o libros poniendo en cuestión el acontecimiento celebrado? Los más jóvenes seguro que no, pero los menos jóvenes tampoco. Simplemente no los hubo (y estoy dispuesto a corregir si alguien me demuestra lo contrario).

Conclusión: si en 1999 nadie dudó de la fecha celebrada ¿cuál es la razón de tanta disputa sobre la de 2024? Puede haber varias, de las que voy simplemente a enumerar tres, y el lector decida si le parecen o no oportunas:

- la primera es la continua disminución del nivel formativo de las nuevas generaciones, carentes de los conocimientos más elementales acerca de la Historia, de cuál debe ser el proceso de investigación de esta, de cómo escribir sobre ella y, sobre todo, de la necesidad de atenerse a la realidad documental, aunque no guste lo que se lee en los documentos. Es decir, primero investigar y luego concluir, en lugar de decidir cuál debe ser la conclusión antes de ponerse a investigar.

- La segunda, la falsa ilusión creada en estos últimos 25 años de que en el “doctor Internet” se encuentra todo lo que se debe saber, y que además todo lo que aparece ahí es cierto. Quien no ha pisado en su vida un archivo histórico no puede argumentar que lo sabe todo sobre algo. En la Red está lo que ha salido de los archivos y alguien decidió colgar y explicar a su manera. Lo que no está colgado en la Red sigue en los archivos, y tal vez no gusta o contradice lo que uno defiende.

- La tercera, la existencia de las redes sociales, que permiten a todos (a los tontos y a los listos) transmitir sus conocimientos más allá de las cuatro paredes de su casa. Y si esos conocimientos están condicionados por lo dicho en el punto anterior, pues ya sabemos el resultado.

A buen seguro que hay más razones, pero esas tres me parecen bastante y suficientes para originar el caos cuando a esos avezados plumillas de pantalla y teclado un amiguete editor, y otro periodista, les dan papel y voz.

En esa situación estamos, de tal manera que si fijamos 1999 como fecha bisagra para saber qué se había investigado y escrito sobre la Policía española y su Historia hasta entonces encontramos cosas curiosas y reseñables.

Escobar Raggio, en 1947, había explorado ya algo sobre nuestra prehistoria policial, también Caamaño Bournacell en 1972 (aunque su obra de 1999 centrada en el periodo 1908-1958 es más interesante).

Autores ajenos a la Policía, como Castell Arteche, en 1974, ya señalaban 1824 como la fecha de partida. Por el contrario, López Garrido, en 1982, situaba de manera interesada los inicios de la Policía en 1835, que es lo mismo que si ponemos el inicio de la Historia de España en Felipe II y olvidamos todo lo que hay anterior.

Viqueira Hinojosa, en 1989, argumentaba el inicio de la Policía en 1833, diciendo que la creada “por el rey felón” no podía ser considerada el principio de la institución, por el simple hecho de que había sido obra de ese rey, sin más argumento.

Cierra este primer grupo de autores Lazuén Alcón, en 1999, que hace un repaso histórico, considerando la fecha de 1824.

Antes y después de 1999 escribe Turrado Vidal, y escribe mucho, y se encarga de sacar a la luz lo que hay y nadie ha querido ver… y continúa publicando a fecha de hoy. Quien lo lea desde que empezó a publicar a principios de los años 80 le acompañará en los vericuetos de su investigación y de cómo ha ido precisando cada una de las afirmaciones que ha hecho a lo largo de los años acerca de la fecha de enero de 1824 y el transcurrir de estos dos siglos.

Pasado ya el 175 aniversario, Antón López, en el año 2000, acumula materiales sin tino, confunde instituciones y cuerpos, y obvia la actividad policial durante todo el siglo XIX.

No es hasta 2018 cuando Cabanillas Sánchez hace un claro y sobrio resumen del proceso de creación y consolidación de la institución.

Luego, en 2021, Fernández Barallobre añade materiales sobre el siglo XIX que habían quedado fuera de foco, por no mencionar lo referido al XX.

Y en el sprint final de cara al bicentenario surgen algunos neófitos, como Ávila Valladares en 2022, quien yerra de modo grave en lo que escribe. No hay más que ver la bibliografía que maneja en su obra para darse cuenta de que con esos mimbres mal cesto podía hacer.

Ya en 2023 es Borrero González quien cierra la serie de publicaciones con una lectura sui generis de la Gazeta online[1] (léanse mis tres argumentos acerca de lo que ocurre con estos investigadores de nuevo cuño), y unas fuentes de apoyo risibles, tal y como las cita en alguna entrevista que circula por ahí.

A buen seguro que olvidó a más de un escritor sobre el particular, tanto de nuestra Historia global como de periodos y cuerpos determinados, pero creo que el panorama que aquí muestro es lo suficientemente representativo como para hacernos una idea de lo que somos y lo que celebramos.

Antes de terminar, recomiendo dos lecturas muy breves: los artículos XIII y XIV de la Real Cédula de 13 de enero de 1824, sobre atribuciones (competencias) de la Policía, y los artículos 14 al 17 del Reglamento de servicio de la Guardia Civil, de 9 de octubre de 1844.

Así podremos ver cómo a cada una de las actividades recogidas en la Real Cédula de 1824 se le puede hacer un seguimiento desde esa fecha, e incluso anterior, para darnos cuenta de qué actividades ha venido desempeñando de manera continua la Policía desde entonces.

Consecuencia de esas atribuciones, cada año más de diez millones de personas entran en las oficinas de Policía para realizar una gestión administrativa (DNI, pasaporte, NIE, seguridad privada, etc.), y otros sesenta millones ven controlados sus datos (hospederías, alquileres de vehículos, entradas y salidas del territorio nacional). No hay institución alguna en España con esa capacidad de atención al público, tanto en calidad como en cantidad.

Acabo ya, la Policía ha sido la institución más flexible y maleable en manos del poder ejecutivo desde su creación, se le ha cambiado de nombre, se han ampliado y restringido sus competencias, se le ha hecho depender de autoridades locales, provinciales y nacionales… y ha pervivido a todas esas operaciones, prestando siempre servicio a la sociedad española. Y eso también hay que celebrarlo.

Félix José Álvarez Saavedra.

[1] Cuando hace muuuuchos años inicié mis investigaciones en el BOE sobre materias policiales lo hice de manera personal (a ver cuántos de los lectores han tenido esa experiencia), más tarde ha sido online, pero en los momentos álgidos de mis investigaciones el Boletín me asignó una persona en exclusiva para atender mis consultas. Persona que se preocupó de localizar cosas que no se veían a distancia, que no aparecían colgadas en Internet, y que eran consecuencia de mis búsquedas, dudas, preguntas y repreguntas.

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