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sábado, 11 de septiembre de 2021

La Bandera republicana del Colegio de Guardias Jóvenes

Del boletín “Emblema” de la Orden de la Placa y el Mérito, tomamos este interesante artículo, del que es autor nuestro buen amigo, compañero y colaborador José Luis Calvo Pérez.

Preliminar

La bandera simboliza y representa el valor máximo del Ejército, de la Nación o del Reino, por eso, sentida la necesidad de disponer de “bandera de guerra” en determinadas Unidades orgánicas de la Guardia Civil, el Duque de Ahumada, a la sazón Inspector General de la Guardia Civil, el 22 de diciembre de 1853 se dirige al Ministerio de la Guerra con el objeto de que le fuese concedido al Instituto de su mando el uso de enseña propia.

Reproducción de la Enseña (dibujo de José L. Calvo)


En su virtud, S. M. la Reina atendiendo a lo solicitado, mediante R. O. de 8 de marzo de 1854 (1) concede al Primer Tercio de la Guardia Civil el uso de bandera, cuyo modelo debería ajustarse a lo dispuesto en el Real Decreto de 13 de octubre de 1843 (2).

La insignia, desde entonces, quedó depositada para su custodia en la Compañía-Colegio de Guardias Jóvenes, en Valdemoro, para que, sobre ella, pudiesen realizar el juramento de fidelidad los alumnos filiados en la expresada Compañía, así como también los quintos que el Cuerpo reciba procedentes del contingente general de reemplazos del Ejército.

Concesión de bandera al Colegio

El 23 de enero de 1878, con ocasión del enlace matrimonial de S. M. el Rey D. Alfonso XII con S. A. R la Infanta Doña María de las Mercedes, la Compañía del Colegio de Guardias Jóvenes, con escuadra, banda y música, es una de las unidades que el día siguiente forma parte de la gran parada militar que ha tenido lugar en Madrid con motivo del evento. D. Bernardo Castells, fabricante de efectos militares de Barcelona que presenciaba el desfile, observó la marcialidad y el buen porte de la citada Compañía, así como que ésta no llevaba bandera y sí la del Colegio de Carabineros Jóvenes (3), por lo que, previo ofrecimiento al Director General del Cuerpo, tal como es preceptivo, decide regalar una Enseña Nacional al Colegio de Guardias Jóvenes. En su ofrenda, el Sr. Castells, expresa lo siguiente:

“Excmo. Señor:- Habiendo observado, en el desfile que tuvo lugar el día de la boda de SS. MM., que la Compañía de Guardias Jóvenes, de que V. E. es tan digno Director, no llevaba Bandera; al paso de la de Carabineros, también jóvenes, la tenía, concebí la idea de regalar una a la expresada Compañía, tanto por el gusto de ofrecer este pequeño recuerdo al Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil, digno de mi cariño desde su creación, cuanto por su acrisolada honradez y virtudes militares, y, en tal concepto, me atrevo a ofrecer a V. E., como testimonio de mi profunda simpatía hacia todo el que viste tan distinguido uniforme que, al propio tiempo servirá de estímulo a los hijos de los Veteranos del Cuerpo, si estimulo necesitan los que han mamado la honradez, la abnegación y el sacrificio, en beneficio de los demás. En esta atención, suplico a V. E., se digne aceptarla, quedándole eternamente agradecido”.

A la vista del ofrecimiento del Sr. Castells, el 23 de marzo el Director General eleva la correspondiente propuesta al Ministro de la Guerra.

Una vez examinada la propuesta y como quiera que el Colegio de Guardias Jóvenes, como Unidad orgánica que era, carecía de enseña propia, por R. O. de 23 de abril (4) de 1878 S. M. el Rey autoriza la donación, concediendo el uso de bandera a la expresada compañía de Guardias Jóvenes.

Por su importancia, se transcribe íntegra la R O. antes mencionada, cuyo tenor es el siguiente:

“Excmo. Sr.: He dado cuenta al Rey (q. D. g.), del oficio que V.E. dirigió á este Ministerio con fecha 23 de marzo próximo pasado, en que, á la vez que manifiesta haber regalado el fabricante de efectos militares de Barcelona D. Bernardo Castells, una bandera á la compañía Colegio de guardias jóvenes, propone V. E. se autorice su uso. En su vista, y considerando cuán necesario es el inspirar desde los primeros años de la juventud, en los que se dedican á la carrera de las armas, el sentimiento del honor militar y el amor á las instituciones y á la Patria, cuyos venerandos objetos están simbolizados en la bandera, guía del soldado en los campos de batalla y en todas las vicisitudes de la guerra, S.M., teniendo presente las razones expuestas con lo informado por la Junta Consultiva de Guerra en 8 del actual, ha tenido á bien conceder á V. E. la autorización que solicita y disponer que, en lo sucesivo, la compañía Colegio de guardias jóvenes concurra con la bandera á todos aquellos actos que están señalados por las reales Ordenanzas y disposiciones vigentes, como lo verifican los demás cuerpos del Ejército.

De real orden lo digo á V. E. para su conocimiento y efectos correspondientes.

Dios guarde a V. E. muchos años. Madrid 23 de abril de 1878.- Ceballos.

Señor Director general de la Guardia Civil.”

El 9 de noviembre de 1878, bajo la presidencia del Director General, tuvo lugar en el patio de Armas del Colegio la solemne recepción de la bandera, siendo posteriormente bendecida con arreglo a las formalidades que marcan las Reales Ordenanzas.

La enseña estaba confeccionada conforme a lo establecido en el Real Decreto de 13 de octubre de 1843, antes mencionado, cuyo artículo 1º fija: “las banderas y estandartes de todos los cuerpos e institutos que componen el ejército, la armada y la milicia nacional serán iguales en colores a la bandera de guerra española, y colocados éstos por el mismo orden que lo están en ella”, mientras que en su artículo 3º se expresa: “alrededor del escudo de armas Reales, que estará colocado en el centro de dichas banderas y estandartes, habrá una leyenda que expresará el arma, número y batallón de regimiento”.

Las dimensiones de las insignias rondaban en torno a 1,47 x 1,47 metros.

Primera renovación de bandera 1931

El advenimiento de la II República el 14 de abril de 1931 trajo consigo, entre otras reformas, el cambio de los colores tradicionales rojo y gualda establecidos en 1785 para el Pabellón de Guerra Naval y en 1843 como Bandera Nacional.

Por Decreto de 27 de abril de 1931 (5) se adopta como bandera nacional para todos los fines oficiales de representación del Estado, dentro y fuera del territorio español y en todos los servicios públicos, así civiles como militares, la bandera tricolor.  

El Decreto anterior es desarrollado por Orden Circular de 6 de mayo de 1931 (6), que en su artículo 1º establece que las banderas y estandartes de las unidades del Ejército que tengan concedido su uso, así como también las de los Institutos de la Guardia Civil y Carabineros, serán de iguales colores, formas y dimensiones en todos ellos, con sujeción estricta al diseño que ha de publicarse. En el artículo 2º se expresa que las banderas y estandartes estarán formados por tres franjas horizontales de igual ancho, siendo roja la superior, amarilla la central y morado oscuro la inferior. En el centro de la franja amarilla figurará el escudo de España adoptado por el Gobierno Provisional en 1868. En las banderas y estandartes se pondrá una inscripción, bordada en letras negra, dentro de la franja roja, indicando la unidad, regimiento o batallón y el Arma o Cuerpo, y en la franja morada, y con letras blancas, se consignará el nombre de la unidad, si lo tuviera, así como el número. Estas inscripciones bordadas formarán un arco concéntrico con el escudo y no rebasarán en su límite externo de la mitad de las franjas correspondientes. Las astas de las banderas serán de la misma forma y dimensiones que las actual, así como sus moharras y regatones, aunque sin otros emblemas o dibujos que los del Arma, Cuerpo o Instituto de la unidad que lo ostente, y el número de dicha unidad. En las banderas podrán ostentarse las corbatas ganadas por la unidad en acciones de guerra. Las dimensiones serán, para las fuerzas a pie, un metro en cuadro, y las de los montados, 55 centímetros en cuadro. Los tres lados exteriores se ribetearán de un fleco dorado, de seis centímetros de longitud.

La entrega de las nuevas banderas a las unidades armadas y permuta por las actualmente en uso se ajustará a lo siguiente:

a) Con anticipación y sin aparato se enviará, dentro de su funda, la bandera o estandarte nuevo, custodiado por un oficial y transportado por un cabo o soldado, al lugar donde deba efectuarse el acto. El Cuerpo o unidad que haya de cambiar banderas marchará al lugar que se designe llevando la vieja desplegada. Una vez en dicho lugar, se destacará el jefe del Cuerpo, capitán ayudante, jefes y oficiales que no tengan puesto en formación, y una escolta, para hacerse cargo de la nueva enseña, la que trasladarán y situarán al frente de la unidad, rindiéndole los honores reglamentarios, retirando la antigua con igual ceremonial, entregándola al oficial designado y regresando todos ala formación.

b) Retirada la insignia antigua, el coronel o jefe principal de la unidad, previo un punto largo de atención, hará la siguiente exhortación en voz clara y alta: “Señores: todos los que tenemos la honra de estar alistados bajo esta bandera, que la Nación se ha dignado confiarnos como emblema de la Patria, la Constitución y las Leyes, estamos obligados a conservarla y defenderla hasta perder nuestras vidas, porque así lo interesa la gloria de la Nación, el crédito del regimiento, y nuestro propio honor, y en señal de que así se hará lo prometemos…”, mandará, previos los movimientos necesarios, que el Cuerpo haga una descarga. 

Como quiera que el traslado de la bandera del Colegio se efectuó, tal como estaba ordenado, dentro de una funda y sin aparato alguno, se desconoce la fecha de recepción de la insignia en el Centro, aunque se intuye que ésta, por la asistencia de altas personalidades civiles y militares en el citado Colegio, la presentación oficial de la enseña ha tenido que haberse verificado el 7 de octubre de 1931, declarado como Día del Ejército, día elegido, asimismo, para la renovación de las banderas en las distintas Unidades militares. Tras esta ceremonia, tuvo lugar el solemne acto de Jura de Bandera por el batallón de alumnos. 

Gracias a la espléndida fotografía publicada en una revista nacional (7), se ha podido conocer en su total integridad la nueva bandera recibida en el Colegio de Guardias Jóvenes como renovación de la antigua enseña bicolor.

La bandera, primorosamente confeccionada en seda de damasco de los colores rojo, amarillo y morado, lleva en su centro el escudo nacional bordado a realce y a su alrededor, inscrito en la parte superior, el nombre del Cuerpo bordado en letras de seda negra y, en la inferior, bordado en letras de seda blanca, el nombre del Centro.

Se ignora la suerte o destino que recibió la bandera tras el cierre del Colegio en 1936.

Por otro lado, el artículo 3º del Decreto de 27 de abril de 1931 establece que las  banderas y estandartes que hasta ahora ostentaban los cuerpos armados del Ejército y los Institutos de la Guardia Civil y Carabineros, las autoridades regionales dispondrán que queden depositadas en los Museos respectivos, por lo que se infiere que la antigua bandera del Colegio de Guardias Jóvenes ha debido quedar depositada en el Colegio o bien entregada al Museo de la Guardia Civil, más tarde desmantelado debido a un incendio que, por causas desconocidas, se produjo en parte de sus instalaciones. Es posible que entre los objetos que pudieron ser rescatados del incendio se hallase la bandera retirada en 1931, si es que ésta se encontraba allí.

Notas:

1. Recopilación de Reales Órdenes y Circulares de interés para la Guardia Civil. Año de 1854, tomo IX, nº 1140, pp. 22-23.

2. Gaceta de Madrid, nº 3.313, de 15 de octubre de 1843.

3. La bandera fue concedida al Cuerpo de Carabineros por R. O. de 7 de abril de 1875 “por el heroísmo demostrado durante la tercera guerra carlista”. La enseña fue entregada el 25 de mayo siguiente al Colegio de San Lorenzo de El Escorial.

4. C. L. del Ejército de 1878, nº 118, pp. 240-241.

5. Gaceta de Madrid, nº 118, de 28 de abril de 1931.

6. C. L. del Ejército de 1931, nº 230.

7. “La Ilustración Peninsular”. Revista gráfica descriptiva dedicada a reflejar los valores de algunas provincias de España. Número extraordinario dedicado como homenaje a los Colegios de Huérfanos de la Guardia Civil. Segunda edición. Madrid, 1936.

Texto y dibujo, José Luis Calvo Pérez.

 

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