domingo, 7 de marzo de 2021

Hoy, sigue presente

Hoy recordamos al Policía Nacional Domingo Durán Diez gravísimamente herido en atentado de ETA en Bilbao en enero de 1995 y fallecido en Santander el día 7 de marzo de 2003.

El día 7 de marzo de 2003 y tras un sufrimiento de ocho años fallecía en Santander el Policía Nacional Domingo Duran Diez.

Policía Domingo Durán Diez


El Policía Nacional Domingo Duran Diez, resultaba gravemente herido y su compañero Rafael Leiva muerto, al ser tiroteados por un comando de ETA, el día 13 de enero de 1995 cuando se encontraban custodiando el vestíbulo de las oficinas de expedición del DNI y pasaportes en Bilbao, situadas en pleno centro de la capital vasca.

Alrededor de la una de la tarde, el agente Rafael Leiva estaba atendiendo en el hall a un ciudadano cuando un joven entró en el local, alargó el brazo y le disparó con una pistola por la espalda a la altura de la oreja. En ese momento, otro terrorista estaba dentro de la oficina contigua. Sonó otro disparo de pistola y el policía Domingo Durán Díez se convertía en el segundo objetivo del atentado, quedando tirado en el suelo, en medio de un gran charco de sangre, después de haber recibido un disparo en las cervicales.

Los etarras, ambos muy jóvenes, intentaron neutralizar la posible reacción de los policías al realizar a la vez el atentado en ambas oficinas. No contaron con la inmediata respuesta policial. Los dos terroristas penetraron en el vestíbulo de las oficinas donde se encontraban prestando servicio los dos policías, uniformados y con chaleco antibalas, y les dispararon a bocajarro en la cabeza. Abandonaron el lugar saliendo uno por cada una de las puertas que daban a las calles Heros y Juan de Ajuriaguerra. Una vez en la calle, se dieron a la fuga corriendo en dirección a la calle Ercilla. Varios agentes de policía que se encontraban en el interior de las oficinas salieron a la calle, rifle en mano, para capturar a los miembros de ETA. Durante la persecución, los agentes del orden efectuaron varios disparos.

Los acontecimientos se precipitaron y, en pocos minutos, uno de los terroristas fue detenido. Una patrulla policial camuflada, que realizaba un servicio de contra vigilancia, logró arrestar a uno de los autores del atentado, al que le fue incautada una pistola Star con dos cargadores. El etarra detenido fue identificado como Jorge González Endemaño, de 22 años, natural de la localidad vizcaína de Portugalete y vinculado a Jarrai, rama juvenil de la organización KAS. Un testigo de la persecución aseguró que oyó un ruido seco y pensó que eran los repartidores de butano que se encontraban en las inmediaciones. Al salir a la ventana, la persecución había finalizado y uno de los terroristas estaba tumbado y encañonado por un policía al final de la calle de Ajuriaguerra.

El policía Domingo Duran Diez fue ingresado en el hospital de Basurto con pronóstico muy grave. La bala le había atravesado el cuello afectándole la médula. Según el parte médico, presentaba dos orificios de bala, uno de entrada y otro de salida, en el cuello. Al llegar al hospital sufrió una parada cardio-respiratoria que requirió reanimación, con respuesta positiva. Domingo Durán Díez, quedó gravemente herido. Las heridas le provocaron una tetraplejia que sufrió durante ocho años, hasta su muerte.

El comando que asesinó al Policía Nacional Rafael Leiva y dejó muy mal herido a su compañero Domingo Durán, estaba integrado, por Asier Ormazábal, José Ignacio Alonso Rubio, Agustín Almaraz Larrañaga, Aitor Fresnedo y el detenido por la Policía, Jorge González Endemaño. Ese comando fue desarticulado a finales de diciembre de 1995.

El agente Domingo Durán Díez, que estaba casado y tenía una hija, era natural de Villar del Rey (Badajoz) y residía en el momento del atentado en el municipio vizcaíno de Basauri. Tras el atentado Domingo Durán y su familia se establecieron en la localidad cántabra de Escalante. Durán moría el viernes siete de marzo en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander, donde había ingresado tres días antes.

En la misma tarde del siete de marzo, en la Jefatura Superior de Policía de Cantabria, se instaló su capilla ardiente. El funeral se ofició al día siguiente a las 12.30 en la Catedral de Santander, donde familiares y compañeros despidieron al Policía Domingo Durán Díez. El féretro con los restos mortales del agente, portado por compañeros de Bilbao y Cantabria, fue conducido desde la Jefatura de Policía, hasta la Catedral de Santander, donde el obispo, José Vilaplana, ofició un funeral concelebrado por cuatro sacerdotes y que presidió, junto a las primeras autoridades civiles, militares y policiales de la comunidad, el ministro de Interior, Ángel Acebes.

Al finalizar el funeral, el féretro de Domingo Duran, salió de la catedral cántabra, envuelto en la Bandera Nacional y a hombros de sus compañeros. Centenares de santanderinos se congregaron de forma multitudinaria en la catedral de Santander y sus aledaños para decirle el último adiós al servidor del orden. Una gran ovación y gritos de Viva a España, despidieron a Domingo Durán Díez, al que sus compañeros recordaron como una persona sociable, dicharachera y muy amiga de sus amigos, que fue enterrado posteriormente en el cementerio de Escalante.

¡¡Dulce et decorum est pro patria mori!!





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