En torno a las 14:30 horas del 16 de mayo, el cabo primero de la Policía Nacional Luis Navarro Izquierdo resultaba muerto y otros diez agentes heridos, al hacer explosión un coche bomba que ETA había estacionado en una calle de la localidad vizcaína de Basauri.
La explosión, provocada por control remoto al paso de las dos furgonetas de la Policía Nacional, pudo haber causado una matanza, ya que en las inmediaciones del lugar estaba ubicado un instituto de enseñanza.
Cabo 1º Luis Navarro Izquierdo |
El atentado se produjo cuando dos furgonetas de la Compañía de Reserva General de guarnición en Valladolid, que había llegado hacía escasas fechas a Vascongadas, circulaban por la carretera Nacional Bilbao-San Sebastián con destino al acuartelamiento de la Policía Nacional en Basauri, donde iban a relevar a sus compañeros. Cuando el convoy se detuvo en el semáforo de la calle Urbi, junto a una gasolinera, la banda terrorista hizo explotar el coche-bomba, un Renault 9 de color gris metalizado cargado con 20 kilos de Goma 2 y 10 más de tornillería gruesa. Los terroristas habían rellenado la bomba con tuercas y balas del calibre 9 milímetros para que actuasen como metralla y aumentase su poder letal. El vehículo policial que iba en cabeza fue el que resultó alcanzado con mayor fuerza, por su parte derecha, por la onda expansiva de la bomba.
Como consecuencia de la fuerte explosión, diez Policías Nacionales resultaron heridos de gravedad y fueron trasladados en ambulancias de la Cruz Roja y la Asociación de Ayuda en Carretera al Hospital Civil de Basurto, a la Clínica Virgen Blanca y al Hospital de Galdácano. Además de los policías nacionales, otras tres personas sufrieron lesiones leves por la onda expansiva y fueron atendidas por los servicios de la Cruz Roja en el lugar de los hechos. Ocho de los policías heridos fueron ingresados en el Hospital Civil de Basurto. El cabo primero Luis Navarro Izquierdo, trasladado al mismo hospital, falleció cuando iba a ser intervenido poco después de ingresar. El parte médico indicaba que el policía Luis Navarro ingresó en el centro sanitario con hundimiento craneal abierto en región parietal-occipital derecha. Se encontraba en coma traumático y fue conducido inmediatamente al quirófano, donde falleció.
Estado del vehículo policial tras el atentado que costó la vida al Cabo 1º Navarro |
En el mismo centro fueron asistidos Agustín Sánchez Hernández, que presentaba graves lesiones en un ojo; José Pérez Pacheco, que sufría pérdida de masa encefálica; el sargento Bernabé Andrés González, con conmoción cerebral; y Gaspar García, cuyo pronóstico era grave. El policía Santiago Fernández Ramos, así como Orestes Gómez Frutos y Balbino Fernández Iglesias, fueron dados de alta al cabo de unas horas. Otros dos policías, el cabo primero Antonio Pascual y José Antonio Hernández fueron atendidos en la Clínica Virgen Blanca de Bilbao, en donde se les diagnosticó heridas de carácter reservado.
Tras este trágico hecho, se desplazaron a Bilbao el director general de la Seguridad del Estado, Julián San Cristóbal; del director general de la Policía, Rafael del Río, y el general inspector de la Policía, Félix Alcalá Galiano.
El funeral por el cabo primero Luis Navarro Izquierdo tuvo lugar al día siguiente a la una de la tarde en la parroquia Nuestra Señora de las Nieves, de Basauri. Entre los asistentes a las honras fúnebres, además de familiares y amigos de la víctima, estaba el ministro del Interior, acompañado , por altos mandos de las fuerzas de seguridad del Estado, el capitán general de la VI Región Militar, el delegado del Gobierno en el País Vasco, el consejero de. Interior del Gobierno Vasco, y el gobernador civil de Vizcaya. Finalizado el funeral, los más de dos mil asistentes se congregaron en el exterior del templo, donde, a los sones del himno nacional los compañeros de Luis Navarro Izquierdo cubrieron el féretro con una bandera nacional y colocaron encima la gorra del fallecido, entre vivas a España, grandes aplausos y numerosas lagrimas de familiares y compañeros, mientras dos compañías de la Policía Nacional rendían honores. Las fachadas de numerosas casas de Basauri aparecieron cubiertas por numerosos carteles con la inscripción: “ETA, déjanos en paz”.
Imagen del lugar del atentado |
“ETA, con sus últimos atentados, pretende hacerse notar con menor riesgo”, afirmó el ministro del Interior, José Barrionuevo a la salida del funeral por el cabo primero de la Policía Nacional, Luis Navarro lzquierdo. Para el ministro, los últimos atentados ocurridos en Euskadi respondían a una actividad incrementada de las bandas terroristas con tendencia a realizar actos de indudable repercusión pero que comporten menor riesgo para los ejecutores de esos atentados. “Los terroristas“ puntualizó, “quieren hacerse notar en un momento más bajo para la organización, pero con menor riesgo”. Aseguró que el Gobierno “mantendrá la firmeza en la acción contraterrorista, sin variaciones y aplicando la ley con el máximo rigor”. El ministro Barrionuevo visitaría en el hospital de Bilbao a los Policías heridos en el atentado.
Luis Navarro Izquierdo, de 26 años, era natural de Ampudia (Palencia). Estudió la carrera de profesor de Educación General Básica en la Escuela de Magisterio de Palencia. Muy aficionado al atletismo, llegó a ser subcampeón de España en los cuatrocientos metros lisos el año que se proclamó campeón de España el excelente corredor, reconocido medallista del atletismo hispano, Colomán Trabado. Estaba casado con María Luisa Marcos, que se hallaba embarazada de un mes. Luis pertenecía a la Segunda Compañía de la Reserva General que había llegado al País Vasco días antes del atentado para reforzar a la plantilla policial de Vizcaya.
En 1994 la Audiencia nacional condenó al despiadado etarra José Félix Zabarte Jainaga a un total de 298 años de prisión por este atentado. En la misma sentencia se recogía que Zabarte Jainaga iba acompañado por Carmen Guisasola Solozábal y un tercer etarra sin identificar. Guisasola no pudo ser juzgada en esos momentos al negar Francia la extradición. Finalmente fue extraditada y juzgada en 2001 por atentados cometidos entre 1982 y 1989.
José Félix Zabarte Jainaga, uno de los miembros de ETA a los que se aplicó la doctrina Parot para alargar su condena, abandonó en noviembre de 2013 la prisión de Puerto III, en El Puerto de Santa María (Cádiz), después de que la Audiencia Nacional haya acordado su liberación tras la derogación de dicha norma por parte del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).
Carmen Guisasola nacida en Markina, Vizcaya, 1959) salió en noviembre de 2014 en libertad de la prisión de Zaballa (Álava). Guisasola, se acogió a la vía Nanclares tras haber repudiado a la banda terrorista ETA y de la que fue expulsada a partir de sus críticas al asesinato del concejal del PP de Ermua (Bizkaia) Miguel Ángel Blanco, cumplió 24 años de condena. Para su puesta en libertad, la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional admitió, en aplicación de la doctrina Parot del Tribunal de Estrasburgo el cómputo de la pena de 10 años impuesta en Francia, donde fue detenida en 1990.
Gisasola, miembro entre 1982 y 1989 de los comandos Gorrotxategi y Vizcaya y de los liberados, fue autora de cuatro asesinatos. Durante su estancia en la cárcel se separó de su primer marido tras conocer al también etarra José Luis Urrusolo Sistiaga, el hombre de las mil caras, jefe del comando Madrid, condenado a centenares de años y que salió en libertad en 2016 tras cumplir 19 años de condena y con quien Guisasola mantiene una relación desde hace 15 años. Ambos firmaron en el verano de 1997, junto a José Luis Álvarez Santacristina “Txelis” el manifiesto Nos ilusiona Irlanda, donde descalificaban el terrorismo de ETA tras el asesinato de Blanco.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió al Cabo primero Luis Navarro la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
Carlos Fernández Barallobre.
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