Una fotografía que induce a engaño

Nuestro gran amigo y compañero el Comisario Damián Romero, Jefe de la Comisaría Local de Cartagena, nos remitió, en fechas pasadas, la fotografía que acompaña estos comentarios.

Se trata de una foto tomada en Cartagena, el 1º de noviembre de 1927, con motivo del traslado de los restos del insigne marino Isaac Peral a su nuevo mausoleo en el cementerio cartagenero.

Guardia Municipal de Cartagena (1927)

En la foto se observa, en primer plano a un Guardia, con el llamado casco de fieltro inglés, y tras él, a otro usando igualmente una prenda de cabeza similar. Incluso, el que aparece en primer plano, luce en la bocamanga un tresillo a la granadera. Todo ello, a simple vista, nos podría inducir al error de creer que se trata de un Guardia del Cuerpo de Seguridad. Sin embargo, no es así.

Las diferencias son notables. El casco del reglamento de uniformidad del Cuerpo de Seguridad de 1925, se describe, como se advierte en el que usa el que aparece en segundo plano, con dos vivos blancos sobre el cintillo negro de charol que rodea a la prenda, algo que, como se ve, no presenta el casco del Guardia que aparece en la foto.

Estos vivos blancos sobre el cintillo, aparecen desde la adopción, en 1911, del modelo de casco con cimera de cabeza de león, que no fue de uso en toda España y se mantuvieron hasta la desaparición de la prenda en 1931.

Por otra parte, en el casco del Guardia que aparece en la foto, en su frontal, se advierten las cifras "GM", jalonando el escudo nacional, en lugar de "CS", como sucede con los reglamentarios en Seguridad.

Incluso el casco del Guardia del primer plano se remata con un ventilador de metal blanco, sustituido, en el caso del Cuerpo de Seguridad, en 1925, por otro forrado con la misma tela que el resto de la prenda.

Finalmente, el Guardia de la foto utiliza pantalón recto, mientras que los del CS, desde las modificaciones de 1922, usan las polainas leguis.

Estos errores de apreciación, de confundir a un Guardia de Seguridad con un Guardia Municipal, por la hechura del casco, es relativamente frecuente. Se trata, simplemente, de observar bien los detalles y comprobar las cifras que aparecen en la placa frontal, el remate de la bóveda y los vivos blancos en el cintillo negro.

No todo es lo que parece.