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domingo, 10 de marzo de 2024

Gallegos asesinados por el terrorismo en el mes de marzo

Del boletín "Emblema" de marzo tomamos este artículo de nuestro buen amigo y compañero, el Inspector Jefe Eloy Ramos Martínez.

Durante el mes de marzo el terrorismo causó ocho víctimas mortales entre gallegos en distintos puntos de España. Además de los coruñeses Fernando Quiroga Veiga, José Humberto Fouz Escobedo y Jorge Juan García Carneiro, cuyos asesinatos ya los señalamos en el Boletín número 38, la banda terrorista ETA también asesinó, en 1977, entre otros, al guardia civil Constantino Gómez Barcia.

Constantino Gómez Barcia

En 1977 y por lo que respecta a España, se registró la vuelta de exiliados muy conocidos como Dolores Ibárruri, "La Pasionaria" o Rafael Alberti ambos comunistas, y la anarquista Federica Montseny si bien hay que recordar que los delitos cometidos hasta 1939 habían sido indultados por Franco en 1969, por lo que el regreso tuvo mucho de paripé.

El Gobierno admitió como bandera del País Vasco a la ikurriña, lo que, en palabras de Fraga, "Tal decisión, sin compromisos claros de los nacionalistas, solo fue interpretada como un signo de debilidad con efectos muy serios en los radicales y sobre todo, en los indecisos. Inmediatamente se produjeron movilizaciones".

Por su parte, el que sería protagonista del 23 F, el teniente coronel Tejero Molina, entonces comandante en el País Vasco, recordaba: "Aún estaba caliente la sangre del guardia civil Antonio de Frutos Sualdea cuando fue legalizada la ikurriña. Mis guardias y yo pasamos la peor noche de nuestras vidas."

Se decretaron más amnistías, Una el 14 de marzo, ampliando el perdón otorgado el 30 de julio añadiendo a éste las situaciones en que se hubiera puesto en peligro o lesionado la vida e integridad de las personas. Otra el 20 de mayo, el mismo día en que ETA secuestraba a Javier de Ybarra, el Gobierno decretaba el extrañamiento de los condenados en el Proceso de Burgos, y finalmente el 15 de octubre se decretó otra amnistía, cuya finalidad fue sacar de las cárceles a los etarras, pero también a los de GRAPO, FRAP, MPAIAC, etc.

Ya no quedaban terroristas en prisión. Fueron indultados 1232 etarras. Reincidieron 678.

Y, cosa curiosa, ETA perpetró un robo en la catedral de Burgos; el llamado Comando Txindoki, mandado por Carlos Catalán Sánchez, se apoderó de varias joyas religiosas -cálices, cruces, etc. Detenido en 1979, fue indultado en 1984.

Fue legalizado el Partido Comunista, dirigido por Santiago Carrillo, no así otros partidos de la misma ideología, y los Bancos, al parecer, perdieron el miedo al marxismo pues financiaron a los comunistas (carrillistas) en las elecciones, por ejemplo el Banco de Bilbao y el Popular.

Pero ocurrió el múltiple asesinato de abogados comunistas en Atocha, protagonizada por un grupo de la extrema derecha, lo que pudo dificultar muy mucho el proceso democrático, pero que se superó, firmándose, además los famosos Pactos de la Moncloa.

Tras la amnistía de 1977 el portavoz de Gestoras Pro-Amnistía, Juan María Olano, dijo que el análisis que se hacia desde la izquierda abertzale, era: "El indulto no resolvía nada, es decir, se excarceló a todos los presos, pero las causas políticas que les habían llevado a prisión seguían estando ahí. El estudio que hacíamos era: O este pueblo desiste de su actitud de alcanzar esos objetivos, o por el contrario, lucha. Y si lucha, hay otra vez presos, muertos y refugiados".

Conviene recordar aquí que en enero de este 1977, Adolfo Suárez, en un discurso, dijo entre otras cosas: "Deseo, sin embargo, que quede una cosa muy clara: de entreguismo a la subversión, nada; de actitudes tibias hacia las provocaciones, nada; de despreocuparnos ante los grandes temas que puedan rozar la unidad, la independencia o la seguridad de la patria, nada".

Por su parte el PNV ante la postura de ETA de abstención en las elecciones, responde así: "El PNV lucha y luchará por la salida de todos los presos de las cárceles, la vuelta de los exiliados y el restablecimiento de las libertades democráticas. ¿Es que ya no os acordáis de las gestiones que hicimos durante el Proceso de Burgos? ¿Es que los militantes de ETA no se acuerdan del comportamiento de la gente del partido, curándolos y escondiéndolos? ¿Acaso pensáis que la liberación de Euskadi empezó hace tan solo quince años?

ETA asesina en Mondragón al guardia civil Constantino Gómez Barcia.

El domingo, 13 de marzo de 1977, el guarda civil Constantino Gómez Barcia, y sus compañeros, José Castaño Vázquez y Miguel Santaella Carretero, sevillano y malagueño respectivamente, estuvieron bailando durante la tarde noche en la discoteca Alexander, de la localidad guipuzcoana de Mondragón. Sobre las 2,45 horas subieron al coche Renault 12 de otro compañero que iba con su novia. Todos pertenecían al puesto de Oñate de la comandancia de Guipúzcoa.

Al llegar al cruce de la carretera C 6322, Beasain – Durango con la C 6312, Mondragón – Vergara, un automóvil Seat 1430 que circulaba delante, se detuvo en el ceda el paso obligando a pararse al coche de los guardias civiles. Inmediatamente dos de los tres ocupantes de aquel vehículo se bajaron rápidamente y dispararon con escopetas repetidoras sobre los del Renault-12, alcanzando a tres de ellos.

Constantino Gómez Barcia resultó muerto en el acto, otro compañero herido grave, un tercero levemente e ilesos el conductor y su novia, que pudieron agacharse a tiempo. Miguel Santaella recibió heridas de pronóstico muy grave y José Castaño fue herido levemente.

Las armas empleadas por los asesinos fueron escopetas repetidoras del calibre 11, y marca Tunet. El coche utilizado, que fue hallado en las cercanías del pueblo, había sido robado a su propietario, Francisco Murgoitio Azcoaga, a quien mantuvieron encerrado en el maletero del vehículo.

ETA cometió este atentado en respuesta al enfrentamiento habido entre un comando de la banda y la Benemérita, ocurrido el día 8 cerca de Zumárraga, y en el que murieron los etarras Sebastián Goicoechea Mariezcurrena y Nicolás Mendizábal Barandiarán. Era, pues, una venganza.

Con este atentado, la banda rompió el tiempo de tregua que mantenía por sus conversaciones secretas con el Gobierno. La respuesta de éste sería ... una nueva amnistía.

La Policía imputó el crimen de Constantino a miembros del llamado comando Besaide, compuesto por José Ramón Bidaburu Otaduy, Félix Bengoa Unzurrunzaga, Pedro Juan Guridi Arocena, Ramón Arzamendi Medinabeitia y Francisco Javier Ansuategui Uribecampos, que serían detenidos en 1980 y que actuaban en la zona de Mondragón, Vergara y Oñate. Fueron condenados por otros asesinatos, pero, aunque en la Comisaría de San Sebastián reconocieron su autoría, no fueron condenados por éste, porque el delito quedó amnistiado.

El funeral por Constantino, oficiado por el párroco Jesús Zubillaga, se celebró en la iglesia de San Juan Bautista, de Mondragón. Presidió el director general de la Guardia Civil, teniente general Ibáñez Freire, con asistencia del subdirector general de la Benemérita, general Bujanda González, y el general jefe de la Zona, Atarés Peña, así como el gobernador civil de Guipúzcoa, Belloch Puig y otras autoridades provinciales y locales.

El infortunado guardia fue condecorado a título póstumo con las Cruces al Mérito con distintivo rojo, de la Policía y la Guardia Civil y con la Cruz al Mérito Militar con distintivo blanco.

Constantino Gómez Barcia, de 21 años, soltero, hijo y hermano de guardias civiles, era natural del viejo Portomarín (Lugo), hoy inundado por las aguas del embalse de Belesar e iba a contraer matrimonio próximamente y ya estaba tramitando los papeles en el juzgado. Recibió sepultura en Oviedo, por motivos familiares.

En la capital del Principado se instaló la capilla ardiente en el cuartel de Pumarín. La misa fue oficiada por el capellán castrense del Regimiento de Infantería Milán número 3 y con asistencia de general Subinspector de la Guardia Civil, gobernadores civil y militar de la provincia y otras autoridades civiles y militares.

A su entierro en el cementerio de El Salvador, acudieron más de mil personas en una impresionante manifestación de duelo y repulsa por el asesinato. Años más tarde, cuando la familia regresó a Galicia, sus restos fueron inhumados en el cementerio de Lalín, a donde fue a residir su familia y allí reposan para siempre. Fue la víctima número doce del año a manos terroristas.

Este asesinato fue amnistiado por la Ley 46/77 de 15 de octubre, sin que llegara a ser juzgad nadie. Se dictó sobreseimiento en auto de 26 de marzo de 1981. Es uno de los 379 asesinatos de la banda ETA sin resolver.

En 2018 El Ayuntamiento de Portomarín colocó una estatua representando a dos palomas de la paz sobre la hierba en homenaje a Constantino Gómez Barcia y a Adelina Somoza, otra portomarinense víctima de ETA, que pudo sobrevivir a la masacre de Hipercor en Barcelona diez años después del asesinato de Constantino.

Creo interesante recordar aquí que por estas fechas José Pedro Pérez Llorca, por entonces representante del Gobierno en la Comisión de Urgencia Legislativa, por orden de Suárez se reúne con Xavier Arzallus, por aquellas fechas diputado del PNV por Guipúzcoa, para tratar el asunto de la amnistía, y sobre el que el ex jesuita le insiste a Pérez Llorca que deben intentar que no quede un solo etarra en prisión.

Éste le dice que es difícil porque muchos tienen delitos de sangre, añadiendo: "Además son delitos de hace 15 días. Delitos de sangre contra nosotros, los demócratas, no contra el anterior régimen". Ante esta brillante frase contesta Arzallus con otra no menos impactante: "Es que son unos chicos equivocados. Por eso, no se les puede condenar".

Juzgue el lector ambas expresiones.

Eloy Ramos Martínez.

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