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jueves, 2 de noviembre de 2023

La mujer en la Policía Nacional

Publicamos este magnífico artículo de nuestra buena amiga, compañera y magnífica policía, la Inspectora Jefe Elena García Gálvez, a quien damos nuestra más cordial bienvenida al blog..

Corría el año 1978 cuando se convocaron por primera vez plazas para mujeres en el Cuerpo Superior de Policía, accediendo a este cuerpo un año después 42 inspectoras. En el año 1984 le tocó el turno a la escala básica incorporándose 53 mujeres a la Policía Nacional. Aunque podemos aducir causas de índole sociológicas, estereotipos tales como la idea de que este tipo de profesiones debían ser ejercidas por hombres, el motivo por el que hasta ese año no se incorporó la mujer a la policía se basaba en la existencia de la Ley 56/61 de 22 de julio sobre derechos políticos profesionales y de trabajo de la mujer en el que en su artículo 3 rezaba textualmente:

” Uno. En las mismas condiciones que el hombre, la mujer puede participar en oposiciones, concursos-oposiciones y cualesquiera otros sistemas para la provisión de plazas de cualesquiera Administraciones públicas. Asimismo tendrá acceso a todos los grados de la enseñanza.

Dos. Se exceptúan de lo dispuesto en el número uno de este artículo, el ingreso en:

a) Las Armas y Cuerpos de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire, salvo que por disposición especial expresa se conceda a la mujer el acceso a servicios especiales de los mismos.

b) Los Institutos armados y Cuerpos, servicios o carreras que impliquen normalmente utilización de armas para el desempeño de sus funciones.

c) La Administración de Justicia en los cargos de Magistrados, Jueces y Fiscales, salvo en las jurisdicciones tutelar de menores y laboral.

d) El personal titulado de la Marina Mercante, excepto las funciones sanitarias.”

En el artículo siguiente quedaba explicada la razón por las que las féminas de aquella época no podía ejercer este tipo de trabajos ya que consideraba, en una alarde de oda a la libertad, que la mujer podía celebrar todo tipo de contratos de trabajo, quedaban exceptuados aquellos de “carácter penoso, peligro o insalubre”. Quedaba así patente la idea que imperaba en aquellos años, sobre la mujer frágil y sensible, propia de cuentos de príncipes que deben salvar a la damisela en constante peligro y a la que hay que proteger de los mundanales males que acechaban permanentemente y contra los cuales las “princesas” eran incapaces de ejercer lucha alguna.

Afortunadamente, con la aprobación de la Constitución en 1978 se consagra, en su artículo 14 el principio de igualdad de todos los españoles sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de sexo. Esto sería el pistoletazo de salida para que en las posteriores convocatorias fueran incluidas las mujeres, siendo pioneros la Policía Nacional en la incorporación de la mujer a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, ya que la Guardia Civil debería esperar hasta el año 1988 a que esa incorporación femenina se hiciera efectiva entre sus filas (lo mismo le ocurrió a las Fuerzas Armadas ya que se regían por el mismo decreto que dio lugar a ello el Real Decreto Ley 1/88 de 22 de febrero por el que se regula la incorporación de la mujer en las Fuerzas Armadas) .

Ha llovido ya mucho en estos 44 años, y hemos ido evolucionando hasta llegar a un 17% de mujeres en la plantilla policial, no obstante a pesar de este aumento exponencial aún queda mucho por hacer. El objetivo del Ministerio del Interior es alcanzar el 40% de mujeres en las promociones de acceso antes del año 2030, por ello el pasado mes de febrero se aprobó el I Plan de Igualdad en la Policía Nacional. Tras un análisis pormenorizado por parte del Área de Derechos Humanos e Igualdad adscrito a la Subdirección General del Gabinete Técnico de la Policía Nacional, entre los años 2015 y 2021, se realizó un diagnóstico en el que se concluyó que la presencia de la mujer en la policía oscilaba en el ya mencionado anteriormente 17%, tasa muy lejana a la ansiada paridad, así mismo esta tasa disminuía en escalas superiores hasta un 6% motivado por diversas circunstancias como son la tardía incorporación de la mujer a esta institución o una brecha de género en la corresponsabilidad puesto que suelen ser las mujeres las que sacrifican sus carreras profesionales por el cuidado de la familia. Además se ha observado que la tasa de mujeres en puestos de gestión es mayor que en operativos. Por todo ello se ha desarrollado este Plan que busca acabar con cualquier tipo de desigualdad impulsando la presencia de la mujer en todas las escalas, así mismo se intenta aumentar las medidas que ayuden a la conciliación familiar y corresponsabilidad y por último también resalta la atención en aras a la prevención de conductas de violencia y acoso. Este Plan va en sintonía con otras medidas tomadas por la Policía Nacional como son la aprobación del Reglamento de Procesos Selectivos y formación (Real Decreto 853/22) en el que se han incluido medidas de discriminación positiva para la mujer como es la eliminación de la altura o aumento en las medidas de protección derivadas del embarazo, nacimiento, adopción, guarda con fines de adopción o acogimiento, tanto temporal como permanente, el Protocolo de actuación ante situaciones de acoso sexual y acoso por razón de género, orientación e identidad sexual en la Policía Nacional con la creación de la asesoría confidencial como garante de que se tramiten este tipo de denuncias. Este tipo de acciones están encaminadas a seguir las indicaciones dadas en la Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, en la que se exige dotar de Planes de Igualdad en todas las Administraciones Públicas.


El mencionado Plan de Igualdad tiene una vigencia de 4 años, realizando anualmente una comisión de seguimiento, creada al efecto, un análisis continuado al objeto de poder efectuar mejoras permanente.

Este plan impacta en el rol de género que la mujer tiene en la sociedad, y que inconscientemente se ha ido arrastrando durante muchos años, en la que la policía es considerada como una profesión marcadamente masculina, a través de este plan se pretende dar información a la sociedad para que conozca la realidad de la institución y a referentes femeninos de la organización para que las niñas eliminen cualquier tipo de creencia que les pueda hacer pensar que no es una profesión en la que todos y todas tenemos cabida, para ello campañas de concienciación, formación, acercamiento al ciudadano… son algunas de las acciones a realizar para poder eliminar estereotipos de género que permitan asumir el acceso a la policía como una profesión de futuro. Con ello se pretende un acceso igualitario a esta profesión y a los diferentes ascensos que se vayan produciendo en la carrera tanto de carácter horizontal como vertical. Así mismo, se aumenta el papel de la mujer en todas las esferas: tribunales paritarios para el ingreso y promoción, mayor poder de decisión de la mujer cada vez más presente en puestos de responsabilidad (actualmente de los quince cargos de los que se compone el órgano de mayor relevancia como es la Junta de Gobierno cuatro son ocupados por mujeres: Subdirectora General del Gabinete Técnico, Comisaria General en Policía Científica, Jefa de División de Cooperación Internacional y Jefa de División Económica y Técnica), potenciación de medidas que fomenten la corresponsabilidad y la conciliación para que la mujer pueda decidir sus opciones personales y laborales y cómo conjugarla.

Hay que reconocer que este ambicioso plan nace de la necesidad de ser un reflejo de los valores imperantes de nuestra sociedad, plan al que personalmente le auguro un gran futuro ya que considero que todos los que componemos esta gran familia que es la Policía Nacional tenemos interiorizado y normalizado. Un claro ejemplo que sigue la senda de la igualdad en la Policía Nacional es el caso de la Unidad Especial de Caballería, la cual es de todos sabido que se erige como la unidad de mayor antigüedad de nuestra organización.

La Inspectora Jefe García Gálvez al frente de la Unidad de Caballería de la CGSS

Esta unidad con gran recorrido histórico ha sido tradicionalmente liderada por hombres, sin embargo, hace tres años esto cambió, ya la que Sección Operativa Central pasó a ser liderada por una Inspectora Jefa, así mismo de las tres unidades territoriales existentes en la actualidad las de Madrid y Sevilla también figuran al mando de dos mujeres, Inspectora Jefa e Inspectora respectivamente, siendo un ejemplo magnífico de presencia femenina en puestos de responsabilidad, es más, de los nueve componentes de la escala ejecutiva que forman parte de toda la Unidad Especial de Caballería cuatro son mujeres ( dos Inspectoras Jefas y dos Inspectoras), pudiendo decir con orgullo que se ha conseguido el ansiado objetivo establecido por nuestro Ministerio de alcanzar la paridad real y efectiva. No obstante, la plantilla de mujeres de las diferentes escalas en esta especialidad está aún lejos de ese 40%, a pesar de que cada vez son más las compañeras que se animan a formar parte en esta especialidad, el número total oscila alrededor de un 21%, quedando aún camino por recorrer, pero las expectativas son buenas y van en alza, y no hay que olvidar que la equitación es el único deporte olímpico en que ambos sexos se miden conjuntamente en la competición, no habiendo ninguna distinción por razón de género ya que lo que se valora encima de un caballo es la destreza, la coordinación, la habilidad y la agilidad y no la fuerza o resistencia, y de eso las mujeres vamos sobradas.

Elena García Gálvez.

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