Nuestro buen amigo, compañero y colaborador, el Comisario Pral. Mario Sánchez Santos, nos remite este interesante artículo, firmado por Juan Manuel Jiménez Muñoz, que se define como "aterrorizado durante cincuenta años", publicado en el facebook "yo estuve en el norte", el pasado día 21 de los corrientes.
Queridos menores de 20 años, a quienes las siglas de ETA, no os dice absolutamente nada, queridos menores de 30 años, a quienes las siglas de ETA os dicen más bien poco, queridos lectores en general:
ETA una organización terrorista con 900 cadáveres a sus espaldas, 2600 heridas y 300 asesinatos sin resolver- dejo de matar hace diez años. Y, yo que soy persona agradecida me veo en la obligación de explicar algo. Y lo hace con lenguaje sencillo, dirigió a quienes, por su corta edad, no han conocido los años del plomo.
Primero ¿Sabéis que quería conseguir ETA? Yo os lo diré: Separar España por las armas al País Vasco y Navarra, y crear en dicho territorio la Republica Socialista marxista-leninista en la que solo cupiesen los propietarios de ocho apellidos vascos con Rh negativo. Y casi lo consiguen. Y si se hubiesen salido con la suya, ahora tendríamos con vecinos a un gemelo de Corea. Pero Corea de la mala: la del Norte.
Segundo ¿Sabéis quienes apoyaban, y justificaban, o militaban en ETA? Pues veras: en primer lugar, la Iglesia Católica Vasca, que jugaba entonces a dos barajas: diciendo una cosa en el País Vasco y al contrario al resto de España.
En segundo lugar, muchos de los políticos vascos que ahora parecen ángeles: esos que nos hablan del “dolor” que sienten por lo sucedido mientras aun organizan homenajes a los asesinos excarcelados, y tercero muchas personas corrientes de la sociedad vasca y navarra: unos, por miedo y otros por convicción, y todos, convirtiendo aquel territorio vasco-navarro en un terrorífico manicomio.
Tercero ¿Sabéis quienes se beneficiaron de los crímenes de ETA? A ello voy sin perder un instante, en primer lugar, la propia ETA, que juntaba dinero a mansalva con los robos, secuestros y extorsiones a empresarios, y en segundo lugar los partidos nacionalistas vascos, que recogían los frutos de las acciones violentas de ETA, en forma de réditos políticos, privilegios territoriales y presupuestos del Estado. Bueno, ellos no los llamaban “frutos”, los llamaban “nueces”.
Cuarto ¿Sabies cuanto duro el terror de ETA? Ahí va el dato: Medio siglo, 53 años de nada, entre 1958 y 2011. Por simple comparación, fíjate en estas cifras. La Guerra de la Independencia contra los franceses duro 6 años, las tres Guerras Carlistas vascas 43 años en total, la Guerra Civil Española 3 años, la Primera Guerra Mundial 4 años, la Segunda Guerra Mundial 6 años y la Dictadura de Franco 39 años.
Quinto ¿Sabéis, queridos jóvenes, las bromitas que gastaba ETA en toda España? Vamos a ello, junas veces nos deleitaba ETA con cadáveres esparcidos por las calles, militares o civiles con los sesos fuera del cráneo, eviscerados, amputados, sanguinolentos, otras, con niños de 9, 10, 11 o 12 años, hijos de guardias civiles, desfilando en pequeños ataúdes blancos hacia el cementerio. En ocasiones, con gentes anónimas que compraban en Hipercor, o que veían una película en un cine o se bañaban en la playa, destrozadas por las bombas. A veces con personas encerradas dos años seguidos en un zulo de tres metros, enterrados en vida.
En ocasiones, con concejales secuestrados y muertos a sangre fría con un tiro en la nuca. Bueno, ellos no llamaban a estas cosas “tiros” ni “bombas” ni “muertos”, ni “metralletas”. Ellos lo llamaban “lucha” y lo siguen llamando, no nos engañéis.
Sexto ¿Sabéis cuantos vascos tuvieron que exiliarse para siempre de su tierra por sentirse amenazados en aquel ambiente irrespirable? Vaya el dato, se estima que 300.000 vascos huyeron. Trescientos mil, Repito: trescientos mil. Son casi la mitad (en número) de los que murieron en nuestra guerra civil. Gentes que ya no votan allí. Gentes que ya no pintan nada allí. Gentes que ya no deciden nada allí, nunca jamás. Ni sus hijos, ni sus nietos. Un “retoque” demográfico de muchísima importancia. Una ingeniería social que es la verdadera victoria de ETA el “retoque“ censal que ha permitido ahora, una década después, que los antiguos asesinos, y los antiguos aplaudidores de los asesinos, y los actuales hijos de los asesinos y los actuales justificadores de los asesinos, obtengan en el País Vasco unos magníficos resultados electorales y sean socios preferentes del Gobierno. Si, si, socios preferentes de Podemos. Y socios preferentes del PSOE, y el más castigado junto al PP por las Blas de los asesinos. Que vueltas nos da la vida.
Diréis
estos días – queridos jóvenes – que ETA, dejo de matar en 2011 porque comprendió
que, para conseguir sus objetivos, lo mejor era entrar en política y abandonar
las armas. No lo creáis se fueron porque no les quedó otro remedio, se fueron
por puro calculo. Se fueron porque les faltaron las armas con las qué
asesinarnos a todos, y dinero con que comprar dichas armas, y pistoleros que
apretasen el gatillo. Se fueron porque ya no tenían suficientes sanguinarios
que armasen las bombas y matase a los niños de un cuartel, o de un colegio. Se
fueron porque las condenas en la cárcel son larguísimas, y dan que pensar un
poco.
Se
fueron derrotados por la Policía y la Guardia Civil. Se fueron derrotados por
una sociedad (la española) que dijo: “Basta ya”. Se fueron, en resumidas
cuentas, porque les vencimos. Porque la democracia el mejor de los sistemas
posibles, les gano entonces la batalla. Aunque ellos, por desgracia, estén a
punto de ganar la guerra, pues ni siquiera en este Décimo Aniversario tan
señalado han sido capaces de redactor el Congreso un comunicado conjunto de
condena a ETA. La cizaña de Podemos, de Esquerra Republicana y de Bildu lo
hacen imposible.
Adiós
ETA, Adiós, Adiós a ti y a la perra que te pario. Adiós a la maldad y a tu lenguaje
presuntamente progresista salpicado de Rh negativo, y de eufemismo, y de
nacionalismo, y de fanatismo, y de racismo, y de tenebrismo, y de terrorismo, y
de fascismo. Adiós al medio-perdón que pides con la boca pequeñita, y que yo no
necesito, y que yo no té otorgo, y que no te otorgare jamás. Adiós al champan con
que brindabas en la cárcel cuando matabas a alguien. Adiós a las nueces que caían
del nogal cuando tú lo agitabas a las bravas, esas nueces que otros recogían,
esas nueces que se convertían en réditos. Adiós a los entierros de las victimas
por la puerta de atrás de las iglesias. Adiós a los curas y los obispos que te
amparaban bajo las sotanas, esos que ahora piden también perdón, pero no tienen
perdón de Dios. Adiós a las tumbas de los asesinados, a esos sepulcros que-
como vampiros en la noche- profanabais con pintadas insolentes para humillar a
los deudos y matar dos veces a nuestras víctimas. Adiós canallas. Adioses
malnacidos. Adiós, grandísimos hijos de puta. Adiós. Adiós.
No
regreses por mi casa, ETA de tristes recuerdos. No te quiero, aunque hables en
eusquera, o en catalán, o en español, o en gallego, o en valenciano o en latín.
Que los muertos por desgracia, no entienden nunca de idiomas.
Juan Manuel Jiménez Muñoz.
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