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lunes, 14 de septiembre de 2020

Hoy, sigue presente

Hoy recordamos al Policía Nacional Ricardo González Colino, asesinado por ETA, el dia 14 de septiembre de 1992 en San Sebastián. 


A la una y cuarto de la madrugada del lunes 14 de septiembre un miembro de la banda terrorista ETA asesinaba en San Sebastián (Guipúzcoa) al Policía Nacional Ricardo González Colino, disparándole a bocajarro un tiro en la cabeza. 

Policía Ricardo González Colino

Ricardo, que estaba fuera de servicio y vestía de paisano, se encontraba a punto de comenzar una partida de cartas, en el Bar 19 de la calle Eguía de la capital donostiarra, del que era asiduo cliente. Junto a él, sentados a la mesa, estaban el dueño del bar y un amigo, cuando entró un encapuchado vestido con un chubasquero azul y, sin mediar palabra, le descerrajó un tiro en la nuca y escapó a pie, aprovechando la confusión de los compañeros de partida del agente asesinado. Ricardo falleció prácticamente en el acto, quedando la bala alojada en su cabeza. En la escena del crimen se recogió un casquillo del calibre 9 milímetros parabellum. 

El asesinato ocurría apenas unas horas antes de la reunión de la Mesa del Pacto de Ajuria Enea, convocada para ese mismo día en Vitoria por el lehendakari, José Antonio Ardanza. El atentado contra Ricardo se produjo a escasos doscientos metros de distancia del Bar El Puente, en el que en octubre de 1991 ETA había asesinado a dos guardias civiles. Pruebas de balística demostraron que el arma empleada para asesinar a Ricardo, se había utilizado anteriormente –el 17 de agosto de 1992- en el asesinato de otros dos guardias civiles, José Manuel Fernández y Juan Manuel Martínez, en el aparcamiento del hipermercado Mamut de Oyarzun. Según informaron fuentes policiales tras el asesinato de Ricardo, en el atentado contra los guardias civiles en agosto de 1992 el modus operandi del asesino había sido ligeramente distinto, puesto que en esa ocasión iba a cara descubierta y el arma utilizada no había sido empleada en otros atentados hasta ese momento. 

Ricardo González Colino, de 38 años, estaba soltero y era natural de Cerezal de Sanabria (Zamora). Llevaba destinado en San Sebastián once años y en el momento de su muerte desempeñaba labores de radio patrulla en las unidades de seguridad ciudadana de esa ciudad, en la que estaba muy arraigado. 

¡¡Dulce et decorum est pro patria mori!!

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