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domingo, 30 de agosto de 2020

Hoy, sigue presente

Hoy recordamos al Policía Nacional José María Pérez Rodríguez, asesinado por Eta en Zumárraga (Guipúzcoa) el día 30 de agosto de 1979. 

El Policía Nacional José María Pérez Rodríguez, resultaba muerto a primera hora de la mañana del día 30 de agosto al sufrir un atentado en la estación del ferrocarril de Zumárraga (Guipúzcoa), cuando en compañía de otros seis policías —todos vestidos de paisano— se dirigía a la comisaría de la localidad, procedente de San Sebastián, para relevar a otros compañeros. Los autores del atentado, cuatro jóvenes encapuchados, tendieron una emboscada a los siete agentes de Policía y efectuaron contra ellos unos sesenta disparos de metralleta, ocho de los cuales alcanzaron a la víctima. A pesar de que el atentado se dirigía contra todo el grupo, los demás policías resultaron ilesos al poder cubrirse en diferentes puntos del camino. El atentado ocurrió a las nueve de la mañana junto a la terminal de RENFE en la estación de la localidad guipuzcoana de Zumárraga, concretamente en el barrio de Artiz, a unos trescientos metros de la empresa Orbegozo y a unos trescientos cincuenta de la Comisaría de Policía. Momentos antes siete policías, vestidos de paisano, abandonaban el tren tranvía 4052 que, con salida a las siete y cinco de la mañana de Irún, habían tomado a las siete y media en San Sebastián. 

Policía José María Pérez Rodríguez

Como era costumbre, los policías realizaron el trayecto separados en grupos de dos y tres, y al llegar a Zumárraga fin de trayecto, el tranvía paró en la segunda vía de las cuatro con que contaba la estación. Una vez en el andén los miembros de la Policía Nacional, al igual que otros civiles, cruzaron las otras dos vías con el propósito de atajar en el trayecto que separaba la estación de las dependencias policiales y del barrio de Artíz. 

Aunque en grupo, los agentes caminaban a cierta distancia entre sí. El primero de ellos subió un pequeño desnivel que separaba la carretera de las vías férreas cuando se apercibió de que de la parte trasera de una furgoneta, al parecer marca Ebro, salían dos jóvenes vestidos con ropa oscura y la cabeza cubierta con capuchas, portando sendas metralletas. Inmediatamente el policía, según su propia versión, retrocedió sobre sus propios pasos, arrojándose tras el desnivel. En esos momentos los dos jóvenes armados y un tercero, que estaba parapetado en un camión allí estacionado, comenzaron a disparar de forma indiscriminada contra los servidores del orden. 

José María Pérez, que en esos momentos se disponía a subir el desnivel, fue alcanzado mortalmente por una ráfaga de metralleta en diferentes partes del cuerpo. Sus compañeros, que pudieron cubrirse de los disparos, repelieron la agresión infructuosamente con las pistolas reglamentarias que portaban. Segundos más tarde, los encapuchados se daban a la fuga a gran velocidad en una furgoneta, Ebro de color verde que se encontraba con el motor en marcha y con otro joven el volante, dirigiéndose hacia el centro de la localidad para tomar la calle Peñaprieta, de Villafranca de Urrechua (localidad colindante con Zumárraga). El vehículo, con el que se perpetró el atentado, había sido sustraído a- su propietario hacia las ocho de la mañana, y fue encontrado posteriormente a la comisión del delito, abandonado a unos tres kilómetros de Zumárraga. 

Poco después de producirse el atentado, José María Pérez era trasladado a la clínica Orbegozo, distante unos trescientos metros del lugar del suceso. Los facultativos de ese centro únicamente pudieron testificar la defunción del Policía Nacional, quien presentaba ocho impactos de baja. Siete de estos impactos, que afectaron tórax, hipocondrio, muslo y mano, originaron orificios de entrada y salida, mientras que uno, el que le produjo la muerte instantánea, quedó alojado en el corazón. Hacia las once y media de la mañana, el cadáver del policía fue trasladado al cementerio de la localidad con el propósito de realizarle la autopsia. 

José María Pérez Rodríguez tenía 25 años, estaba soltero y era natural de Gilena, en la provincia de Sevilla. Sería cristianamente sepultado en el cementerio de San Juan de Aznalfarache (Sevilla). 

¡¡Dulce et decorum est pro patria mori!!

1 comentario:

  1. Los autores de este atentado fueron Félix Ramón Gil Ostoaga, (alias Zaldi), los ya fallecidos Miguel Ángel Goikoetxea Elorriaga, (alias Txapela), Ignacio Gabirondo Agote, Carlos Lucio Fernández y Pedro María Leguina Aurre, (alias Kepatxu). Por diversas razones ninguno ha podido ser juzgado por este hecho.

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