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lunes, 4 de mayo de 2020

Hoy, sigue presente

Hoy recordamos aquel 4 de mayo de 1983, en que fueron vilmente asesinados por el terrorismo marxista, el Teniente de la Policía Nacional Julio Segarra Blanco, el cabo de la Policía Nacional Pedro Barquero González y la esposa de este, María Dolores Ledo García, eran víctimas de un trágico y espeluznante atentado perpetrado en Bilbao por tres jóvenes terroristas, de ETA Militar. 

Los hechos se produjeron hacia las ocho de la mañana, cuando el Teniente de la Policía Nacional Julio Segarra Blanco, se dirigió al garaje de la plaza del Carmelo, del barrio bilbaíno de Santuchu, donde tenía aparcado su vehículo, con el que intentaba trasladarse al acuartelamiento de Basauri en el que estaba destinado en la Segunda Compañía Móvil. En este momento, tres jóvenes que se hallaban ocultos en el garaje se dirigieron a él y le redujeron atándole con alambres los pies y las manos y amordazándole con un esparadrapo. Mientras Ios terroristas procedían a atar al teniente, entró en el garaje un matrimonio formado por el cabo del mismo Cuerpo Pedro Barquero González y su esposa María Dolores Ledo García, embarazada de tres meses, que iban a una consulta médica. Al darse cuenta de que el teniente era agredido, el cabo Barquero hizo uso de su arma reglamentaria, disparando contra los terroristas. Estos respondieron inmediatamente, alcanzado con impactos mortales al matrimonio. Posteriormente dispararon contra el teniente Segarra, maniatado en el suelo, el que hirieron mortalmente. A continuación, abandonando los tres cadáveres en el garaje, salieron tranquilamente del lugar de los hechos. Los disparos fueron escuchados por el jardinero que cuidaba la explanada exterior del aparcamiento y que acostumbraba a ponerse la ropa de trabajo en una dependencia de la primera planta del garaje. Este se encontró con los asesinos en la rampa del garaje. Uno de ellos llevaba una pistola en la mano y dijo al empleado: "Tranquilo, somos policías" perdiéndose de seguido entre las calles de Santuchu. 

Teniente Julio Segarra Blanco

Otro transeúnte que intentaba recoger su vehículo y que sería clave como testigo protegido en el posterior juicio contra los asesinos, se topó también con ellos. Uno de los jóvenes terroristas le enseño una placa de policía, que habían arrebatado a uno de los dos agentes asesinados. 

Él terrible asesinato, no se descubrió hasta una hora después, cuando un vecino del inmueble fue a recoger su vehículo al garaje. Vio el trágico espectáculo de los tres cadáveres en un gran charco de sangre. El teniente seguía amordazado y atado de pies y manos; el cabo Barquero sostenía todavía en su mano muerta el arma reglamentaria; a su lado yacía el cadáver de su esposa, alcanzada por varios impactos. 

Cabo Pedro Barquero González

El teniente de la Policía Nacional Julio Segarra Blanco natural de Cabanillas deI Campo (Guadalajara), tenía 50 años; estaba casado con María Nieves Echevarría Sáinz, natural de Bilbao. El matrimonio tenía tres hijos, de 14 y 13 años los dos mayores, y de sólo ocho días el tercero. El teniente Segarra se hallaba destinado en Bilbao desde 1966. Vivía en una calle próxima al garaje, donde guardaba su coche en una plaza junto a la que su compañero el cabo Barquero utilizaba para guardar también su vehículo. En cuanto a las otras dos víctimas, el matrimonio Barquero-Echevarría, el esposo Pedro Barquero era natural de Alcalá del Valle, provincia de Cádiz, aunque sus primeros 20 años de vida los pasó en La Atalaya, entre los pueblos malagueños de Almargen y Cañete la Real. Tenía 33 años de edad. Su esposa, María Dolores Ledo García, natural de Baracaldo tenía 25 años de edad y era profesora de EGB en el colegio Zumalacárregui y, se encontraba embarazada de tres meses. Ambos habían contraído matrimonio recientemente. 

¡¡Dulce et decorum est pro patria mori!!

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