La localidad de Guipuzcoana de Mondragón, cuenta con un total de 22.123 habitantes, de acuerdo con los datos de 2020.
Este Ayuntamiento, gobernado por el PNV, registró en las pasadas elecciones municipales de 2019, una participación del 68,11% de su censo, lo que supuso la emisión de 11.748 votos contabilizados, de los cuales el 35.84%, un total de 4.103, respaldaron a EH-BILDU, es decir, a los simpatizantes y palmeros de la banda terrorista ETA, lo que le ha permitido obtener un total de 8 concejales, uno más que en 2015, superado únicamente por el PNV que, con un total de 4.474 papeletas, logró 9.
Sirva como ejemplo, para mejor conocer, la inclinación ideológica mayoritaria en este Ayuntamiento, que partidos como el PSOE o el PP, recibieron el respaldo de 1.373 y 253 votos, respectivamente.
Mondragón, a decir de quien lo conoce, es un lugar donde se destila odio contra España y donde nació uno de los peores, más viles y más canallas de los asesinos de ETA, Jesús María Zabarte Arregui “Josu”, conocido como el “carnicero de Mondragón”, quien se llevó por delante a un total de 17 personas, entre ellas las diez, de los cuales cinco eran niños, y los 44 heridos en el atentado al cuartel de la Guardia Civil de Vic en 1991.
Este canalla, sanguinario y cobarde asesino, que hoy, inexplicablemente goza de libertad, sin que jamás llegase a arrepentirse de sus crímenes, llegó a decir en una entrevista que él “no asesinaba, ejecutaba”.
Entre los salvajes atentados cometidos por este etarra irredento, figura el cometido el 14 de septiembre de 1982, que costó la vida a los Policías Nacionales Jesús Ordóñez Pérez, Juan Seronero Sacristán, Alfonso López Hernández y Antonio Cedillo Toscano.
El Policía Antonio Cedillo, al ver a sus compañeros muertos, trató de pedir auxilio, logrando detener una furgoneta Ebro, a quien le pidió que lo trasladase al hospital y que diese aviso a la Policía. Puesto en marcha el conductor, a un kilómetro del lugar donde recogió al policía, fue detenido por los terroristas y al comprobar que en su interior iba el policía malherido, lo arrastró hasta la cuneta donde le disparó un tiro en la nuca, falleciendo en el acto.
Al año siguiente, el 16 de septiembre de 1983, asesinó en Urnieta, junto a otros criminales de su banda, al Policía Nacional Pablo Sánchez Cesar a quien, después de acribillarlo, todavía se acercaron a su cuerpo para rematarlo en la cabeza.
Por cierto, este “valiente” asesino, cuando fue detenido por la Guardia Civil, en 1984, se rindió como una rata, pese a que los dos rufianes que lo acompañaban murieron en el enfrentamiento con los Guardias.
Según narra el Guardia Civil que lo detuvo, en el momento de su detención, el "valiente" etarra, del terror que tenía, ni tan siquiera había montado la pistola. Una rata cobarde, especialista en asesinar a sangre fría y por la espalda.
Condenado a un total de 615 años de prisión, tan solo cumplió 29 y hoy, este canalla, pasea por las calles sin haberse arrepentido de nada.
Según narra el Guardia Civil que lo detuvo, en el momento de su detención, el "valiente" etarra, del terror que tenía, ni tan siquiera había montado la pistola. Una rata cobarde, especialista en asesinar a sangre fría y por la espalda.
Condenado a un total de 615 años de prisión, tan solo cumplió 29 y hoy, este canalla, pasea por las calles sin haberse arrepentido de nada.
En esta localidad, que destila odio a España, abre sus puertas la Cooperativa Mondragón, a la que se encuentran asociados el 56% de la población, y que fue fundada por un sacerdote, un tal José María Arizmendiarreta, quien montó un entramado empresarial a base fábricas de electrodomésticos, la fábrica de bicicletas Orbea, la Caja Rural, los supermercados Eroski, una agencia de viajes, una aseguradora, ect. Se trata del primer grupo empresarial de las Vascongadas y el décimo de España.
En fechas pasadas, el Gobierno, tuvo la osadía, no tiene otro calificativo, de ofrecerle a las compañías Bexen Medical y Mondragón Assembly, ambas pertenecientes al entramado de la Cooperativa Mondragón, la fabricación de 60.000.000 de mascarillas, un contrato millonario del que van a salir beneficiados un grupo de individuos que han manifestado, de forma permanente, un odio manifiesto a España y a las Fuerzas del orden.
Hay que resaltar que ninguna de las dos empresas adjudicatarias poseen la maquinaria necesaria para acometer el contrato y que han tenido que pedirla, de prisa y corriendo, a otra empresa suministradora de origen chino.
¿Es que no hay en España otras empresas a las que adjudicar este contrato? Nada se hace sin una razón y esto, desde luego, tampoco.
Esta es también memoria histórica.
Esta es también memoria histórica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario