Nos permitimos traer al blog, un interesante artículo, tomado del blog generaldavila.com, publicado el pasado día 20 y que pone el dedo en la llaga sobre una vergonzosa situación que estamos viviendo en una parte de nuestro territorio nacional, con absoluta y total pasividad por parte del gobierno de España.
Se permite que unos botarates, como el paleto de Urkullu, un auténtico aldeano, o el inhabilitado de Torra, otro que si realmente es el fiel reflejo de esa raza catalana de la que habla, menuda raza si todos son como él; que estos individuos decidan quien entra y quien no a esas partes de España que mal gobiernan, guiados solo por el odio y el rencor.
Leamos pues esta magnífico artículo.
Fuerzas Armadas. Que cada uno cumpla con su deber.
Unos cumplen y otros menos. Unos son ejemplares, otros se ponen las medallas. Los humildes y sencillos, profesionales amantes de lo que hacen y ejemplares en su esfuerzo cumplen ese espíritu del Credo de la Legión que más que una norma militar es una definición del ser humano cuando en crisis como esta, hacen lo que ni ellos mismos suponían capaces de hacer. Sin darle importancia. Es su deber. Lo primero: no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos. ¡Que fácil es decirlo! Pues estamos viendo con qué facilidad y normalidad se hace: Médicos, enfermeros, policías, bomberos, limpiadores, vendedores, comerciantes, empresarios, autónomos, soldados…
Es la España de Infantería, la que “curra”, sufre, vive, disfruta, y trabaja; trabaja como siempre se ha hecho en España, a destajo, y ahora más, amenazados con los despidos, pero sigue haciéndolo por los demás, arruinándose y perdiéndolo todo. No abandonarán a nadie hasta morir todos. ¿Eso lo hacen todos?
Hay enemigos que sólo aparecen y responden con su violento sentimiento de odio cuando surge el honor y la honra. No comprenden que hay héroes que asumen el riego de la muerte por otros, para dar vida a otros; incluso solo para dar compañía a otros.
Todo esto lo digo con indignación, que no es buena consejera a la hora de escribir, pero me arriesgo y asumo mi mala sintaxis y mis errores. Voy al fondo, estocada entera.
Obedecer es la primera misión. A pesar de que los que mandan dejan mucho que desear y ordenan para ellos primero; luego los demás. Además mienten.
Las Fuerzas Armadas han cumplido y cumplen con su deber. Que esto sea lo que deben hacer es un tema distinto y que trataremos en momento más oportuno. Porque todavía resuenan en mis oídos las palabras del General Fernando Alejandre, cuando era JEMAD, ante la Mesa de Defensa del Congreso de los Diputados: <<A día de hoy para alistar una unidad o un sistema de armas para un despliegue o una operación determinada hay que canibalizar otras unidades o sistemas de armas que quedan fuera de servicio. Estamos al límite>>.
Ahora hay que estar unidos para superar este momento. Sin duda. Pero ni callados, ni sometidos. Que cada uno cumpla con su deber significa exigir al que no cumple.
Solo voy a poner el punto de mira en un escándalo mayúsculo del que hay que hacerse eco con urgencia. Las Fuerzas Armadas están haciendo lo que se la has ordenado y ponen su esfuerzo y mejor cara sin rechistar, todo lo contrario, con ganas e ilusión por ayudar a sus compatriotas cuando llevan años ayudando en el exterior. Lo mismo desinfectan, transportan material, atienden en sus hospitales, regulan el tráfico, llevan la compra de una anciana o vigilan un aeropuerto. Lo que sea. Lo que se nos mande.
En Cataluña, España, en las queridas tierras vascas, el País Vasco que le llaman, nos han prohibido la entrada, o ha sido toda una proeza poder entrar. Todo por esos gobernantes, o lo que sean, monopolistas del pensamiento, el único para ellos, el odio a España y por tanto a lo militar. Es muy grave, pero además de por ser conocido, por ser admitido y hasta diría que fomentado por estos gestores del odio a España, de su destrucción, que ni en momentos de crisis de muerte tienen el más mínimo respeto. ¡Cobardes!
Las Fuerzas Armadas no abandonan a nadie en el campo hasta morir todos.
Otros nos abandonan a nosotros a sus ciudadanos no admitiendo nuestra presencia. Quien lo consiente es reo de delito, moral, pero de grave delito a España. Por admitirlo.
Apoyo en lo que sea y cumplo con mi deber, pero no me callo señor presidente y señora ministra de Defensa. No necesitamos palabras huecas y menos manoseos inútiles. Cumplan con su obligación, constitucional. ¿Que las puertas de Cataluña y el País vasco se cierren para nuestros soldados? ¿Pero esto qué es? ¿Aquí quién manda?
Y a ti, mi general, Jefe del Estado Mayor de la Defensa, te pido que lo cuentes todo, no a medias. Aquí parece que mienten todos. ¿Te suena? Los militares no.
Sabes, porque eres el responsable, que las Fuerzas Armadas han desplegado en toda la geografía española. Pero en Vascongadas y en Cataluña a regañadientes y ya conoces en qué condiciones y con qué condiciones. Sin querer hacer caso de la rumorología podría ser que la UME fuese al aeropuerto de Sondica y que el gobierno vasco la enviase con cajas destempladas a la base militar de Araca sin admitirnos en ese trozo de España. ¿Eso es cierto? Queremos saber la verdad. ¿Por qué se volvieron a Zaragoza? O como dice El Correo y recoge VozPopuli "el Ejército, que se dirigía al municipio de Loiu (junto a Bilbao) para desinfectar el aeropuerto, cambió su rumbo para cumplir con la misma función en Valdecilla (Cantabria). Según el periódico vasco, una llamada de queja del Gobierno vasco propició el cambio de planes". Estas "cositas" hay que saberlas. También conviene explicar como es que el agua del Hospital de la Defensa "Gomez Ulla" no es potable, ¿abandono?
No mi general, los soldados no están en toda España, o lo están a regañadientes, y tu deber es al menos decirlo. La órdenes desde arriba son breves y concisas, pero trascendentes.
Por cierto, para el general de la Guardia Civil y solo como ejemplo: En Llodio, el Ayuntamiento, ha solicitado refuerzos a la academia de la Ertzaintza y a agentes de la policía municipal jubilados por la escasez de plantilla. Mientras, la Compañía de la Guardia Civil de Llodio acuartelada y de brazos cruzados sin nada que hacer.
Si solo fuese eso...
Que cada uno cumpla con su deber. ¿A demanda? No sabemos que es eso. El deber necesita una explicación. Cuando hay que cumplirlo se cumple, por encima de todo y de todos.
Hay mucha gente no dispuesta a abandonar jamás a un solo hombre en el campo (aún siendo viejos) hasta perecer todos.
Y así, de modestia llenos,
a los más viejos verás
tratando de ser lo más
y de aparentar lo menos.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
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