A las 12,00 de la mañana del 10 de marzo de 1932, salieron en ambulancia desde Toledo, con destino a Madrid, los restos mortales del Guardia del Cuerpo de Seguridad Juan Antonio Estera Cortés, muerto de resultas de la emboscada, organizada por grupos de izquierdas, sufrida por su Unidad en las calles de la capital manchega, en la noche del 3 al 4 anterior.
Miles de toledanos, se dieron cita para rendir un tributo de respeto y admiración al Guardia fallecido y al resto de los integrantes del Cuerpo de Seguridad.
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| Coche fúnebre con los restos mortales del Guardia Estera (prensa de la época) |
En Madrid, un gran gentío acompañó a la familia, Autoridades y miembros de los Cuerpos policiales asistentes al acto fúnebre que se celebró, a las cuatro de la tarde de aquel mismo día.
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| Sepelio del Guardia Estera (prensa de la época) |
El cortejo fúnebre lo abría una Escuadra de Batidores del Escuadrón de Caballería de Madrid con equipo de gala, seguido de la carroza fúnebre en la que iba depositado el ataúd con seis cintas llevadas por un Capitán, un Teniente, un Suboficial, un Sargento, Un cabo y un Guardia del Cuerpo de Seguridad. Tras ellos, la presidencia Oficial y la familiar, cerrando el cortejo una Compañía del Cuerpo de Seguridad. integrada por dos Secciones.
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| La Compañía desfila ente el féretro (ABC) |
Antes de la despedida oficial del duelo, se celebró en la confluencia de las calles Alfonso XII y Lealtad (Antonio Maura), la Compañía desfiló ante el cadáver del Guardia muerto en acto de servicio.
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