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domingo, 29 de diciembre de 2019

La muerte del Guardia Cayo Ropero Pérez (1932)

El Guardia del Cuerpo de Seguridad, destinado en la plantilla de Zaragoza, Cayo Ropero Pérez, falleció en el hospital de la capital aragonesa el 6 de marzo de 1932, como consecuencia de las graves heridas recibidas en un enfrentamiento contra pistoleros anarquistas en la jornada del 16 de febrero anterior. 

La situación de inestabilidad política y social a lo largo del periodo republicano, que se inició con la tristemente célebre quema de conventos en mayo de 1931 y que no concluyó hasta la finalización de la guerra civil, provocó que desde finales de diciembre de aquel mismo año se incrementasen los disturbios en una buena parte del territorio nacional. Las huelgas y los atentados se sucedieron, protagonizados especialmente por anarquistas y comunistas, llegando incluso a proclamar, en algunos Ayuntamientos catalanes, el comunismo libertario, lo que provocó la inmediata reacción del Gobierno de la República quien ordenó la detención de anarquistas y la deportación de varios de ellos que se encontraban en prisión, siendo embarcados en el vapor “Buenos Aires” para conducirlos a tierras del Africa española. 

El Guardia Cayo Ropero Pérez (Ahora)

Las protestas de los grupos de izquierdas por esta medida se plasmaron, en lo que a Zaragoza se refiere, en una convocatoria de huelga general. 

En este estado de cosas, a las cuatro de la tarde del 16 de febrero, el hijo de un Guardia de Seguridad dio aviso en la Comisaría de Vigilancia de que en las calles Boggiero y Conde de Aranda de la capital aragonesa, un grupo de individuos, pistola en mano, estaban conminando a los comerciantes de la zona a que cerrasen sus establecimientos en señal de protesta por la deportación de los anarquistas, exigiéndoles que se sumasen a la huelga. 

Inmediatamente se ordenó a un Capitán del Cuerpo de Seguridad que, en unión de un Teniente del mismo Instituto, y varios números saliesen con dirección al lugar de los hechos. 

Al llegar a la calle del Conde de Aranda, fueron recibidos por una fuerte descarga, entablándose un tiroteo entre los anarquistas sediciosos y las fuerzas del orden que se prolongó hasta casi el anochecer, resultando cuatro Guardias heridos. 

Sepelio del Guardia Ropero (Ahora)

Los enfrentamientos se prolongaron por otras calles e incluso desde portales y buhardillas, ocupadas por los pistoleros, no cesaron de hacer fuego contra la fuerza por espacio de más de dos horas, llegando alguno de los anarquistas a realizar más de cien disparos con su pistola. 

El balance final fue de tres muertos, un herido gravísimo, uno grave y tres de pronóstico reservado, así como dos más, entre ellos el Guardia Marcos Gamarri, que resultaron con heridas leves. 

Con relación al Guardia Cayo Ropero, recibió una herida que le interesó la pierna derecha, con fractura de tibia. Igualmente resultaron heridos el Guardia Leandro Castañosa Fustero, con herida en el brazo izquierdo, y el del mismo empleo Ramón Banero Manues, con herida contusa en el ojo derecho. 

Tras el tiroteo, efectivos del Cuerpo de Vigilancia, en unión de fuerzas del Cuerpo de Seguridad y de la Guardia Civil, practicaron más de 80 detenciones. De resultas de la operación se ocuparon botes con carga explosiva y mecha y una granada de mano. 

En la tarde del 6 de marzo siguiente, el Guardia Ropero Pérez fallecía en el hospital de Zaragoza como consecuencia de una septicemia hemolítica. El Guardia era natural de Torres de la Alameda (Madrid), casado y padre de cuatro hijos. 

El sepelio, celebrado al día siguiente, al que asistieron autoridades civiles y militares, así como comisiones de los Cuerpos policiales, entre ellos los tres Guardias heridos en el tiroteo, constituyó una auténtica manifestación de duelo popular.

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