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miércoles, 12 de diciembre de 2018

Otro día para la historia: 12 de octubre de 2017

En este blog hemos resaltado, en más de una ocasión, algunas fechas que debemos remarcar de manera especial en nuestro calendario de recuerdos; días, fechas, que han supuesto un punto de inflexión en nuestra historia corporativa. Pues bien, el 12 de octubre de 2017 es otra de esas fechas que recordaremos siempre ya que después de treinta y cinco años (1982), la Policía Nacional, ha vuelto a desfilar ante el pueblo español para recibir sus vítores y aclamaciones. 

Muy temprano nos trasladamos a la Avenida de la Castellana de Madrid para presenciar el magno desfile del Día Nacional de España, ese día que celebramos los españoles de bien, que somos, gracias a Dios, una inmensísima mayoría. En mi trayecto me crucé con miles y miles de españoles venidos desde todos los rincones de nuestra Patria. Castellanos y gallegos, valencianos y catalanes, asturianos, extremeños, andaluces, vascos, isleños… Todos estábamos allí con el único objetivo de celebrar, en comunión de anhelos por una España mejor, nuestro día, el Día de España. 

Los Guías Caninos ante S.M. el Rey en el Desfile del Día Nacional de España de 2017 (La Vanguardia)

Familias enteras, jóvenes, mayores, hermosas chiquillas orgullosas de nuestra Bandera con sus rostros pintados con los colores de España, niñas que lucían cintas con los colores nacionales adornando sus cabellos, niños de corta edad que gritaban ¡viva España!. Padres y madres con sus hijos explicándoles el sentido de la fecha y de lo que iban a ser testigos. Todos, con paso apurado, buscaban el mejor sitio para presenciar el magno desfile, orgullosos de ser y sentirse españoles. 

Todo aquello me hizo recordar, con sana nostalgia, cuando de niño, de la mano de mi padre, acudía a ver los desfiles en el Cantón Grande de mi querida Coruña. Atento, con los ojos tintineantes, mi padre me explicaba quien era cada uno. La Infantería, los artilleros e ingenieros, los Servicios, la Guardia Civil y, cómo no, la Policía Armada que, con sus grises uniformes, ponía el broche de oro a la gran parada militar que conmemoraba la victoria contra la anti-España. 

Hoy, todos aquellos, deseaban conmemorar lo mismo. Que somos una Nación grande, con una Historia envidiable y envidiada; que estamos hartos de separatistas, hartos de relativistas; hartos de todos aquellos que, amparándose en nuestra democracia, solo buscan destruir España para colocarla a la altura de Venezuela, de Cuba o de otros países donde las más férreas dictaduras campan por sus respetos, importándoles muy poco el sentimiento popular; esos que, durante años, han recibido grandes sumas de dinero procedentes de estas indeseables dictaduras. Hartos de todos los anti-españoles. 

Aquella gente con la que me crucé no era de derechas ni de izquierdas, mucho menos fascistas como les gusta llamarnos a estos que precisamente lo son y lo ejercen con descaro allá donde tienen la mínima cuota de poder; aquella gente era simplemente españolitos de a pie que aman a su Patria y quieren para ella lo mejor. Qué gran diferencia entre estos que aman y aquellos otros que en sus corazones solo se alienta el odio, el rencor, el revanchismo y el más fiero sectarismo. 

Con dificultad encontré un sitio para poder presenciar la parada. Tras la llegada de S.M. el Rey, recibido con las salvas y los honores de ordenanza. Se izó la Enseña patria, se homenajeó a los miles y miles de españoles que, a lo largo de la historia, dieron, con generosidad, su vida por España, tras lo cual comenzó el desfile. 

Las airosas marchas militares españolas llenaron el aire y la emoción fue en aumento. Tras el paso por los cielos de una representación de nuestras fuerzas aéreas que culminó con el siempre emotivo paso de la patrulla Aguila, comenzó el desfile terrestre y allí, entre Soldados de hoy y de ayer, Reservistas Voluntarios, Infantes de Marina, Guardias Civiles, Legionarios y Regulares, allí estaba, como tuvo que estar siempre, la Policía Nacional para escuchar como el pueblo español se unía en el grito sincero de ¡viva la Policía Nacional! 

El instante fue muy emotivo, inolvidable. Por fin estábamos donde tuvimos que haber estado siempre para escuchar al pueblo español, voz en grito, que está con nosotros, que nos quiere y, sobre todo, para demostrarnos que sabe que mientras estemos nosotros seguirá habiendo España y seguiremos protegiendo a sus gentes, incluso a esa que no nos quiere. 

Nota: Desgraciadamente, hay que lamentar el fallecimiento, en acto de servicio, del Capitán del Ejército del Aire, Borja Aybar, que perdió la vida cuando regresaba a su Base de Los Llanos tras participar en el desfile aéreo de hoy. Que Dios nuestro Señor y la Virgen de Loreto le den el descanso eterno. 

José Eugenio Fernández Barallobre. 





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