Aquella Semana Santa, concretamente el Miércoles y Jueves Santos, el terrorismo anarquista volvió a sacudir la ciudad de Barcelona. Había transcurrido algún tiempo sin que estallaran nuevas bombas y empezaba a renacer la tranquilidad entre los habitantes de la ciudad condal. Sin embargo, dos explosiones nuevas explosiones, ocurridas en dos días sucesivos, el 7 y 8 de abril, vinieron a reavivar recelos y a despertar las adormecidas alarmas.
Ocurrió la primera de ambas explosiones en la calle de la Boquería, famosa ya por otros atentados anteriores. Esta céntrica calle, una de las más estrechas de Barcelona, constituía un lugar idóneo, tanto por su estructura como por lo concurrida que solía estar, para que el estallido de un artefacto produjese gran número de desgracias. En el caso de la del miércoles Santo fueron tres las víctimas.
Guardias de Seguridad en la calle Alta de San Pedro tras la explosión (La Actualidad) |
Al día siguiente, en la calle Alta de San Pedro, tuvo lugar la segunda explosión. Los criminales autores del atentado colocaron la bomba en el hueco de un canalón, y al estallar arrancó la cañería, y un buen trozo de pared. De resultas de esta explosión, dos mujeres resultaron heridas por metralla del explosivo.
En la fotografía, aparecida en la revista "La Actualidad", en su número del 13 de abril de 1909, se observa a Guardias de Seguridad de infantería y caballería acordonando el lugar del atentado.
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