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martes, 25 de septiembre de 2018

La epidemia de tifus de Barcelona en 1914

Barcelona era, en estos años, una urbe insalubre, sucia, donde la basura se amontonaba en las calles y las ratas campaban a sus anchas y las palomas muertas se amontonaban en las azoteas de los edificios. A todo ello hay que añadir la deficiente y antigua red de suministro de agua. 

La mayor parte de los habitantes de la ciudad condal vivían en condiciones penosas; en las casas de guardaban animales; el agua era un privilegio de unos pocos y por supuesto no eran muchas las casas que disponían de servicios. 

Carga en Barcelona en 1914 (La Unión Ilustrada)

En este ambiente, en 1914, se propagó en la ciudad una epidemia de fiebre tifoidea que diezmó la población, afectando a 25.000 ciudadanos, de los que fallecieron al menos 2.036. La población de Barcelona, de acuerdo con el censo de 1910 era de 587.411 habitantes. 

En este ambiente, en el mes de noviembre de aquel año, el pueblo de Barcelona se echó a la calle a protestar airadamente contra la gestión municipal a la que consideraban responsables de la propagación de la epidemia por no haber aplicado los recursos necesarios, en obras de saneamiento, para impedirla, así como en el control sanitario de las aguas. 

Personal del Cuerpo de Vigilancia traslada a un herido (La Unión Ilustrada)

Consecuencia de estos disturbios, los Cuerpos de Vigilancia y Seguridad tuvieron que salir a la calle para devolver el orden y la tranquilidad a la ciudad. 

La revista gráfica “La Unión Ilustrada”, en su número del 22 de noviembre ese año, publica las interesantes fotografías que acompañan a estos comentarios en las que se aprecia la carga realizada por efectivos del Cuerpo de Seguridad de infantería y caballería para disolver a los manifestantes y el traslado, por efectivos del Cuerpo de Vigilancia, de un herido a un centro asistencial.

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