Son muchas las localidades españolas que, merced a las diferentes reorganizaciones llevadas a cabo en la Policía a lo largo de los años, se han visto, de un día para otro, privadas de la presencia de los Cuerpos integrantes de la Policía Gubernativa en su ciudad o villa, generando profundo malestar entre la ciudadanía. Sin embargo, creemos que lo acontecido en Ferrol en 1912, supera con creces cualquier otra situación similar.
En la primera decena del mes de marzo del citado 1912, el Ayuntamiento de Ferrol acordó, por mayoría, dejar de abonar los gastos que originaba el mantenimiento de la dotación del Cuerpo de Seguridad en la ciudad, presente desde 1911. Consecuencia de esta medida, el Gobernador Civil de La Coruña, telegrafió urgentemente al Teniente jefe de la Sección para que dispusiese el inmediato traslado de la fuerza a la Capital de la provincia, dejando a Ferrol desprovisto de efectivos y por tanto carentes de todo servicio.
Este acuerdo municipal causó un hondo malestar entre la ciudadanía llegando al punto de reunirse una serie de vecinos, de relevante significación social en la ciudad, quienes elevaron un escrito al Ministro de la Gobernación en demanda de que la orden de cierre de la plantilla quedase sin efecto, comprometiéndose a abonar los gastos derivados del mantenimiento de la Sección de Seguridad.
El Ministro respondió aceptando la propuesta y dejando sin efecto la orden del Gobernador lo que causó un gran jubilo entre los ciudadanos que valoraban sobremanera el excelente servicio prestado los Guardias de Seguridad en la ciudad.
Hay que recordar que la plantilla de Ferrol estaba compuesta a esa fecha por 1 Teniente; 1 Sargento; 2 Cabos; 4 Guardias 1º y 20 Guardias 2º. Total 1 Oficial y 27 Clases y Guardias.
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