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sábado, 23 de diciembre de 2017

El Cuerpo de Seguridad y la recogida de vagabundos (1905)

A finales de junio de 1905, el Gobernador Civil de Madrid, Ruíz Jiménez, ordenó que se realizase en Madrid una operación de recogida de niños vagabundos en las calles abandonados en las calles de la Capital, conocidos popularmente en aquellos años como "los golfos".

Los niños recogidos por el Cuerpo de Seguridad, que en la primer día de la operación alcanzó el número de veinticinco, todos ellos menores de dieciséis años, fueron conducidos a la Escuela-asilo de la calle Galileo, sostenida a expensas del Patronato Real; allí les cortaban el pelo siendo seguidamente trasladados al Asilo de Santa Cristina donde, una vez bañados, se les dotaba de vestimenta adecuada a modo de uniforme.

Guardia de Seguridad con uniforme de verano recogiendo a los menores (Nuevo Mundo) 

A los pocos días de iniciada la campaña ya se habían recogido un total de trescientos, existiendo el proyectos de trasladarlos al castillo de Villaviciosa de Odón que sería destinado a albergue y centro de formación donde recibirían educación y formación en el oficio que cada uno eligiese.

Fueron muchos los niños menores que por voluntad propia se presentaron ante las Autoridades solicitando su ingreso en las escuelas-asilos.

Esta operación ya se había puesto en práctica en 1903 si bien el resultado no fue el esperado toda vez que algunos de los niños internados en los Centros lograron huir de ellos, llegando a vender en el Rastro el uniforme con que habían sido vestidos.

El proyecto de la operación diseñada por el Gobernador de Madrid tenía como objetivo la retirada de las calles de veinticinco niños diarios, instalándolos en Centros adecuados para su formación, disponiendo de dos horas diarias para paseo, ordenando la detención de aquel que no regresase a la hora marcada.

En este año de 1905, la Policía había calculado que el número de menores que vagabundeaban la ciudad se aproximaba a los seiscientos.

Como dato curioso señalar que el Gobernador Civil, por medio de un comunicado de prensa, solicitó a los madrileños que no diesen limosna a estos menores, ordenando al Cuerpo de Seguridad que no permitiese la venta en las calles de puntas de cigarros, práctica habitual de los llamados "colilleros", la mayoría vagabundos menores de edad.

En un principio, la medida fue mal acogida por los menores que trataron de eludir por todos los medios ser detenidos, llegando incluso a colocar alfileres en sus chaquetas para evitar su detención al clavárselos los Guardias en las manos. También hubo serias reticencias, en algunos casos, al obligado baño a la llegada al Centro de acogida.

Medida similar se adoptó con las niñas que callejeaban en estado de abandono por Madrid, siendo conducidas al número 50 de la madrileña calle de Zurbano, Centro inaugurado el 3 de julio de 1905 por S.M. la Reina.

En este Centro se ocupan igualmente de su educación y de su formación.

BIBLIOGRAFIA:

Hemeroteca de la Revista Nuevo Mundo. Madrid.

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