El día 27 de enero de 1980, la banda terrorista ETA asesinaba en Basauri (Vizcaya) al Policía Nacional Juan Manuel Román Moreno.
Los hechos se produjeron, hacia las ocho y media de la noche, cuando tres vehículos de la Policía Nacional, dos furgonetas y un microbús, regresaban al cuartel de Basauri tras prestar protección a un camión de Altos Hornos, que hacía su servicio a pesar de la huelga de transportes y mercancías, declarada esos días en la provincia de Vizcaya. Cuando el convoy de vehículos policiales se disponía a introducirse en el túnel de Malmasin se apercibió de la presencia de un turismo Seat 127 que interceptaba la vía, por lo que los tres vehículos policiales aminoraron la marcha.
Capilla ardiente del Policía Juan Manuel Román Moreno |
En este momento, varios individuos —al menos seis— que se encontraban apostados en un pequeño desmonte que estaba situado sobre el túnel, efectuaron gran cantidad de disparos de fusil CETME, casi un centenar, sobre el primero de los coches policiales que abría la marcha y en el que viajaba el Policía Nacional Juan Manuel Román Moreno. Cinco Policías Nacionales más resultaron alcanzados por los disparos.
El furgón policial recibió, al menos, una docena de impactos de bala, varios de los cuales alcanzaron a Juan Manuel en la cabeza y el cuello que ingresaría en el hospital provincial de Basurto adonde fue rápidamente trasladado. En el momento del ametrallamiento, ni la furgoneta ni el microbús que circulaban detrás del vehículo afectado fueron alcanzados por los impactos de bala. Sus ocupantes repelieron, la agresión, produciéndose un nutrido tiroteo. Mientras se trasladaba a los heridos al hospital de Bilbao, algunos policías de los vehículos que acompañaban a la furgoneta ametrallada y patrullas, que desde el cercano acuartelamiento de Basauri, se trasladaron al lugar del atentado, y dieron una rápida batida por los alrededores que resultó infructuosa.
El atentado dejó heridos a otros cinco agentes: José Luis Moreno, con dos impactos de bala en un brazo, José Quintero González, herido en una pierna, José Marín, Evaristo Añeiros Castro y Eustaquio Calzada, con heridas calificadas como graves. Este último fue evacuado al Hospital de Cruces Baracaldo para ser intervenido con urgencia. El parte médico señalaba que presentaba "herida de bala en hipocondrio izquierdo, con perforación de colon transverso, y descendente y hematoma retro-peritoneal". Todos ellos pertenecían a la Compañía de Reserva General con base en Logroño y estaban a punto de ser trasladados a la capital riojana.
Inmediatamente ocurrido el atentado, una parte de los autores emprendieron la fuga en un turismo R-8 de color amarillo y el resto desapareció por el monte, desconociéndose el medio que utilizaron para su huida. En el lugar de los hechos fueron recogidos numerosos casquillos de bala de distintos calibres y marcas, entre ellas GECO y .FN.
Posteriormente se supo que el Seat-127, que interceptaba el paso del convoy fue robado a punta de pistola unas horas antes de producirse el atentado a su legítimo propietario Francisco Isla Morán. Siete personas, vecinos de un chalet próximo a los hechos, fueron encerrados por los autores del atentado en una caseta de mantenimiento del túnel. De igual forma el propietario del Seat 127, fue trasladado a la citada caseta, donde permaneció encerrado con las otras personas hasta que fueron liberados a las diez de la noche cuando se llevó a efecto el relevo del empleado de la caseta.
El R-8 utilizado en la fuga era propiedad del guarda de la caseta de mantenimiento, encerrado también por los autores del atentado. Inmediatamente después de producirse el atentado, tanto, en los accesos a Bilbao y Basauri se instalaron rigurosos controles de policía. En uno de ellos fueron detenidos dos jóvenes que fueron trasladados a la Jefatura Superior de Policía de Bilbao, quedando posteriormente en libertad.
La capilla ardiente del Policía asesinado, quedó instalada en el acuartelamiento de Basauri, donde el féretro fue velado durante la noche por numerosos compañeros.
Acto militar en el patio de armas del Cuartel de Basauri tras el funeral |
A la mañana siguiente, en un ambiente de tensa serenidad tuvo lugar en el acuartelamiento de Basauri de la Policía Nacional el funeral por la víctima del atentado, el policía Juan Manuel Román Moreno.
El féretro del Policía Nacional Román Moreno, envuelto en la Bandera Nacional, fue sacado al patio de armas del cuartel a hombros de seis Policías Nacionales y dos Guardias Civiles. Tras ellos iban tres hermanos de la víctima, uno de ellos Guardia Civil, que habían llegado desde la provincia de Cádiz. En el patio formaban una compañía de la reserva General de la Policía y otra del cuartel de Basauri. El ataúd fue colocado en una plataforma situada delante del altar a cuya izquierda se situaron las primeras autoridades entre ellas. El Capitán General de la Región Militar, Teniente General Luis Álvarez Rodríguez; General Inspector de la Policía Nacional, Sáenz de Santamaría; gobernadores civil y militar; comandante de Marina; coronel de la Guardia Civil; Jefe Superior de Policía y diversas comisiones del Ejercito, Policías Gubernativa y Nacional y Guardia Civil.
En la homilía el capellán de la Policía Nacional recodó que “la Muerte no es el final del camino y Juan ya ha partido a encontrarse con Dios que le tiene reservado un puesto de honor entre los buenos”.
Al término de la Misa fueron entonados los himnos de la Policía e Infantería. Una vez finalizados, los restos de Juan Manuel Román fueron introducidos en un furgón policial que los trasladaría al aeropuerto de Sondica, desde donde partiría hacia Rota. El Gobernador Civil de la provincia, acompañado del Gobernador militar y del general Inspector de la Policía Nacional, despedirían el duelo en el aeropuerto bilbaíno.
Juan Manuel Román Moreno tenía 23 años y pertenecía a la Compañía de Reserva General de la Policía Nacional con base en Logroño, habitualmente desplazada a Bilbao para reforzar los efectivos de la ciudad y provincia. Era natural de Rota (Cádiz) donde una calle lleva en recuerdo su nombre.
De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo.
Carlos Fernández Barallobre.
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