El asesinato en la madrileña Puerta del Sol del Presidente del Consejo de Ministros, el ferrolano José Canalejas, el 12 de noviembre de 1912, trajo como inmediata consecuencia la creación tan solo quince días después, concretamente el día 27, de la nueva Dirección General de Seguridad que supuso mejorar la coordinación entre los Cuerpos de Vigilancia y Seguridad, buscando unificar los principios de actuación.
Este organismo superior de los Cuerpos policiales se había creado por primera vez el 26 de octubre de 1886, aunque no pasó de ser un intento fallido de efímera existencia que no rebasó los dos años de vida efectiva.
Al nuevo Centro directivo, dependiente del Mº de la Gobernación, se le asigna como misión entender sobre todo lo relacionado con la Policía gubernativa, dividida en las dos Secciones de Vigilancia y Seguridad ya tradicionales, así como de la Guardia Civil de Madrid.
La Dirección General será el instrumento canalizador al que fluya la información de todo el territorio nacional referente al mantenimiento del orden, prevención y persecución de delincuentes, terrorismo y todo aquello que sea competencia de la Policía.
Se crea, dentro de la Dirección, una Inspección de Seguridad para Madrid y provincia y otra para Barcelona, con facultades delegadas del Director.
El Real Decreto desarrolla las competencias de la Dirección General y de su Director; en cuanto al Cuerpo de Seguridad se le asignan concretamente las siguientes:
El Director General tendrá capacidad sancionadora para corregir al personal del Cuerpo de Seguridad, de igual modo que, mediante Reglamento, establecerá las relaciones de este personal con el de Vigilancia con ocasión del la realización de los distintos servicios.
Tendrá capacidad, igualmente, para acordar destinos y traslados de los funcionarios del Cuerpo, propuestas de ascensos, concesión de licencias y adscripción temporal a un destino de acuerdo con las necesidades.
Se otorga al Director General el mando de los efectivos de los Cuerpos de Vigilancia, Seguridad y Guardia Civil destinados en Madrid.
Como curiosidad, señalar que, en 1913, el Conde de Romanones trabaja sobre una nueva reorganización de la Policía que traería aparejada la creación de una Dirección General del Cuerpo Militar de Seguridad, con la creación de un escalafón propio de Jefes y Oficiales, una pretensión que no vio cumplida y que muchos años después, fuera ya del marco temporal de este trabajo, comenzaría a esbozarse si bien tampoco pudo llevarse adelante.
El primer Director General en esta nueva etapa fue el Auditor de División del Cuerpo Jurídico Militar Ramón Méndez Alanis quien, con anterioridad, había ocupado el puesto de Jefe Superior de Policía de Madrid.
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