Con fecha 25 de febrero de 1908, el entonces Comisario General, José Millán Astray, ordenó publicar una Circular por la que se crea la Orden General que, como tal, ha llegado hasta nuestros días.
La Orden General iba dirigida a Inspectores, Agentes y Escribientes del Cuerpo de Vigilancia quienes la recibirán en su destino y deberán devolver, por conducto reglamentario, con ocasión de su cese sea cual sea el motivo.
El contenido de la Orden General se considera reservado y su lectura, atenta y minuciosa, de carácter obligatorio para los destinatarios.
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