El primer día de mayo de 1929 la sociedad española se vio conmovida por las noticias del hallazgo en una caja de madera, en la Estación de Mediodía de Madrid, del cadáver de un hombre descuartizado.
Iniciadas las correspondientes pesquisas y tras lograr la identificación de la víctima que resultó ser el industrial Pablo Casado, se procedió a la detención de su criado, Ricardo Fernández Sánchez, quien se confesó autor del crimen.
Oficiales y Guardias de Seguridad en Barcelona (1929) |
Por lo que se pudo determinar, los hechos se habían cometido en la noche del 8 de diciembre anterior, en casa de la víctima situada en la ciudad Condal donde vivían ambos, manteniendo entre ellos fuertes lazos de afecto e incluso relaciones de tipo sexual.
Tras una fuerte discusión, al sentirse despechado Ricardo al advertir que iba a ser abandonado por Pablo, aprovechando que dormía le propinó varios golpes con una plancha en la cabeza produciéndole la muerte. Luego lo descuartizó, lo metió en una caja que posteriormente facturó para Madrid indicando que se trataba de maquinaria.
La foto recoge el momento del traslado desde dependencias policiales de Barcelona. En la foto se advierten varios Oficiales y Guardias del Cuerpo de Seguridad, vistiendo el uniforme regulado en 1925.
El Teniente situado a la izquierda de la fotografía luce sobre el bolsillo derecho de la guerrera el distintivo de permanencia en las Fuerzas Regulares Indígenas.
El Teniente situado a la izquierda de la fotografía luce sobre el bolsillo derecho de la guerrera el distintivo de permanencia en las Fuerzas Regulares Indígenas.
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