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jueves, 14 de abril de 2016

Buen amigo, buen compañero, buen Policía

Uno de los servicios más admirados y que más simpatía despiertan entre la ciudadanía de cuantos integran el Cuerpo Nacional de Policía es, sin duda, el de los Guías Caninos, presente en una buena parte de los despliegues y operativos que realiza el Cuerpo. 

Desde hace muchos años, estos "policías especiales" han participado en innumerables ocasiones tanto en servicios reales de todo tipo, como en demostraciones, desfiles, exposiciones y un largo etcétera, convirtiéndose en una estampa estereotipada de los Cuerpos policiales uniformados. 
Policías Armadas con perros años 70 (Archivo del Subgrupo de Guías Caninos de la B.P.S.C. de La Coruña)

Sin embargo hay muchos que desconocen que le cabe el honor a la Policía de ser el primer Instituto que dispuso en España del apoyo de Unidades Caninas para el cumplimiento de sus objetivos operativos; a partir de esta primera experiencia el resto de los Cuerpos policiales y de las Fuerzas Armadas iniciaron la incorporación en sus filas de estos magníficos y fieles auxiliares.

Se trata pues de un largo camino recorrido, realizado conjuntamente, hasta lograr la perfecta simbiosis hombre-perro para una más efectiva prestación de los servicios con el fin último de obtener unos más brillantes resultados.

Hoy, dentro de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana funciona, incardinado dentro de la Jefatura de Unidades Especiales, la Sección de Guías Caninos cuyas Unidades subordinadas se hallan desplegadas por toda España, gozando del prestigio, cosechado a lo largo de los años, merced a los resultandos obtenidos por su encomiable trabajo.

Pese a todo la vinculación de los canes con la Policía Española es algo que no viene de ahora; el antecedente más remoto, aunque lo sea tan solo a título anecdótico, hay que buscarlo en los albores del pasado siglo XX cuando por calles y plazas españolas patrullaban los efectivos del Cuerpo de Seguridad con sus pesadas capotas de color azul tina y sus incómodos pero vistosos cascos de "fieltro inglés".

El Comisario Principal Antonio Viqueira refiere en su libro “Historia y anecdotario de la Policía Española 1833-1931”, una curiosa anécdota que bien puede constituir el más remoto antecedente de las actuales Unidades de Guías Caninos. Se trata de un suceso acaecido en Madrid en julio de 1908. Aquel día un Guardia de Seguridad conducía a un detenido por una calle madrileña – algún periódico refiere que el hecho se produjo a la entrada de una Comisaría -; aprovechando una coyuntura favorable, este propinó un golpe al Guardia que le custodiaba dándose a la fuga la carrera. En aquel instante el Capitán Araguas, destinado también el Cuerpo de Seguridad, transitaba por la zona acompañado de su fiel perro Ney. Al observar el incidente, el Capitán, salió en persecución del evadido animando a su perro a que hiciese lo propio; mucho más veloz, Ney, finalmente logró dar alcance al delincuente asiéndolo por una manga de su chaqueta sin que pudiera liberarse del perro captor, hasta que finalmente efectivos del Cuerpo, alertados por lo sucedido, procedieron nuevamente a su detención. La acción del perro mereció los plácemes de todos los que fueron testigos del hecho.

Sin embargo, las hazañas de Ney no concluyeron con lo relatado ya que unos días después, concretamente el 17 del mismo mes de julio, tuvo que intervenir nuevamente, cuando paseando al lado de su dueño, medió en una pelea callejera entre dos individuos quienes depusieron su actitud hostil con la sola presencia del animal.   

Ney, por aquellas gestas, fue objeto de un popular homenaje, celebrado el 30 siguiente, organizado por varios periodistas de Madrid, al que asistió el Coronel Jefe del Cuerpo Emilio Elias y Ortega quien, tras agasajar al perro con un “banquete” extraordinario, le impuso un collar con una medalla conmemorativa del simpático acto que sus organizadores habían adquirido al efecto.

Por su parte, el Coronel Elias, manifestó, en la alocución que ofreció a los asistentes al homenaje a Ney, su propósito de instruir algunos perros para que actuasen como auxiliares policiales, destinando al menos uno de ellos a cada una de las Unidades del Cuerpo de Seguridad destacadas en las distintas Comisarías de Distrito de la Capital de España.

Fuere por el motivo que fuere, muy probablemente el económico unido a la necesidad de buscar adiestradores y otros impedimentos de carácter administrativo, la iniciativa no prosperó, tiendo que esperar treinta y siete años hasta lograr que en el seno de la entonces Policía Armada y de Tráfico se constituyese la primera Unidad Canina. 

Es el 1º de enero de 1945 cuando se crea la Sección de Guías Caninos con sede en Madrid dentro del Cuerpo de la Policía Armada y de Tráfico, bajo el mando del Capitán Baraona, dotándola, inicialmente, con ocho perros de raza Pastor Alemán, procedentes del Ejército germano, tras su evacuación del teatro de operaciones francés en su repliegue durante la II Guerra Mundial, con la finalidad de contribuir a la lucha contra la delincuencia.


Durante los años 1945 y 1946 no existió un organigrama definido en la Sección, al ser variable el número de perros disponibles; pese a todo el incremento de animales se hizo notar alcanzado, con el paso de los años, el número de cuarenta y cinco. Con los perros disponibles se inició su adiestramiento en obediencia, defensa, ataque y rastreo, bajo la dirección del Capitán, Jefe de la Sección, auxiliado por un Brigada del servicio de adiestramiento canino del Ejército alemán.

La primera demostración pública, de la que tenemos constancia, en la que participa la Sección tiene lugar el 11 de junio de 1945, en la Academia Especial, con motivo de la celebración de la clausura del Curso 1944-1945, que contó con la presencia del entonces Ministro de la Gobernación quien presenció, entre otras demostraciones, la efectuada por los perros de la Sección Canina con ejercicios de persecución de delincuentes y mantenimiento del orden público. Este tipo de demostraciones se convertirían en una constante a lo largo de los años siguientes.
Policía Armada con su perro en una fiesta de la Banderita. Madrid años 40 (Revista "Policía Armada y de Tráfico)

En 1947, se crea la Escuela de Adiestramiento Canino de la Policía, dependiente de la Academia Especial del Cuerpo, asignando a ella como plantilla orgánica un Oficial, un Sargento, seis Cabos y 36 Policías, con un total de 22 animales, si bien el número de Policías adscritos va evolucionando en función del número de perros de dotación y así, en los años sucesivos, nos encontramos con la publicación de convocatorias de vacantes para este Servicio.

La Escuela fija, como misiones prioritarias, la formación de los Guías Caninos y el cuidado, clasificación, preparación y adiestramiento de los perros en las especialidades de guardia interior, acompañamiento y defensa, seguidores de pistas y servicios tácticos de mensajeros, exploradores y accidentes, para la realización de servicios de custodia de polvorines, persecución de huidos, y reproducción y cría de perros. En un principio se contó con perros de la raza Pastor alemán, incorporándose posteriormente otras razas como Airedale Terrier, Doberman Pinscher y Boxer.

Durante los años 1945, 1946, 1947 y 1949, con ocasión de la invasión del maquis a España, perros de esta Escuela fueron agregados a las Comandancias de la Guardia Civil de Granada, Avila, Orense, Lugo, La Coruña y Oviedo, obteniendo magníficos resultados, por lo que en el año 1950 la Guardia Civil crea su propia Escuela de Adiestramiento, con la experiencia adquirida en la Escuela de la Policía Armada y de Tráfico.

Con el devenir del tiempo, la especialidad se va acoplando a las nuevas necesidades operativas, incrementándose las tareas en función del cambio evolutivo de la delincuencia, en sus diferentes modos de actuar, y de los requerimientos que exige la sociedad.

Durante estos primeros años, los Guías con sus perros, participan en eventos destacados celebrados especialmente en Madrid. Desde 1946 se suman a las cuestaciones populares, como las tradicionales de "la flor" y de "la banderita", portando las huchas petitorias colgadas de sus cuellos o en sus bocas; a partir de 1947 participan en los diferentes concursos caninos obteniendo, como veremos más adelante, magníficos resultados; igualmente tienen presencia destacada en actos castrenses organizados por el Cuerpo, tales como revistas y demostraciones con motivo de relevantes visitas efectuadas a la Academia Especial o en celebraciones de carácter militar como los sucesivos Desfiles de la Victoria, tanto ante el Jefe del Estado, General Franco, primero, como posteriormente ante S.M. el Rey D. Juan Carlos I; causando siempre la admiración del pueblo madrileño no acostumbrado a este tipo de medios incorporados a las fuerzas policiales.

Una buena prueba del alto nivel de adiestramiento de los perros la tenemos en su participación, durante los días 20 y 21 de mayo de 1947, en la XXI Exposición Internacional Canina, celebrada en el Parque del Retiro, donde efectuaron sendas demostraciones de sus habilidades.

La magnífica actuación de los siete perros componentes del equipo interviniente les valió la obtención del Premio de Honor de S.E. el Jefe del Estado; además de este importante premio, los canes, obtuvieron los siguientes galardones individuales: Yaca (Berger alemán): premio extraordinario de la Real Sociedad Central de Razas Caninas de España; Drake: medalla de primera clase; Roob: medalla de primera clase; Rebeca: medalla de segunda clase; Dora: medalla de segunda clase; Smuch: medalla de tercera clase y Brako: medalla de tercera clase.

Todo un éxito de la Sección de Perros que, con poco más de dos años de historia, demostró ante el público madrileño no sólo su alto nivel de adiestramiento, sino también su valiosa aplicación en la lucha contra la delincuencia.

A la demostración del día 21 asistió el Director General de Seguridad y otros mandos de la Dirección General y de la Inspección General del Cuerpo, así como numeroso público que premió con aplausos la actuación de los canes policiales.

Otro ejemplo, andando un poco más en el tiempo, lo tenemos con ocasión de la celebración, entre los días 12 al 17 de mayo de 1949, de la XXIII Exposición Internacional Canina, organizada por la Real Sociedad Central de Fomento de las Razas Caninas de España también en el madrileño Parque del Retiro.

La Unidad Canina de la Academia Especial se sumó nuevamente a esta exposición logrando el Premio de Honor donado por el Ministro del Ejército; por su parte, los perros "Yaka", "Drake del Quinto", "Mustafá del Quinto", "Paloma del Quinto" y "Cora del Quinto", recibieron sendas Medallas de 1ª Clase, mientras que "Harras del Quinto" y "Caroll del Quinto", las recibieron de 2ª clase y "Feder", "Dunia" y "Dumbo" de 3ª. Los perros "Nerón del Quinto" y "Trilvy del Quinto" se hicieron acreedores a una Mención Especial.

Otra prueba no sólo del interés que despertó en España la utilización de los perros como auxiliares de la Policía, sino también el alto grado de adiestramiento alcanzado por la Escuela en estos años, la encontramos en 1951 cuando, en los últimos días del mes de diciembre, el entonces Embajador de Estados Unidos en España, Stanton Griffis, donó a la Academia Especial, un perro lobo, campeón de su clase, venido en avión especialmente desde Alemania y que sería bautizado con el nombre de "Mustafá". 

La participación, cada vez más frecuente, de la Unidad Canina en los actos de mayor relieve de la vida nacional se demuestra, una vez más, con ocasión de la visita que cursó a España, en mayo de 1952, el Príncipe Abdull-Ilah, Regente del Irak. Dentro de los actos programados con tal motivo, el día 8 se celebró en el Paseo de la Castellana de Madrid, con toda brillantez, un desfile militar presidido por el Jefe del Estado y por el Príncipe irakí; en este desfile participaron gran número de Unidades militares tanto acorazadas, motorizadas, como a pie.

Junto con fuerzas de la División de Caballería desfilaron, en las agrupaciones sobre vehículos, unidades divisionarias de Infantería acorazada, Artillería, Ingenieros, Intendencia, Sanidad. Finalmente la agrupación a pie estuvo integrada por dos Banderas del Ejército del Aire; un Regimiento de Infantería; el Batallón del Ministerio del Ejército; un Batallón de la Guardia Civil con una Compañía del Colegio de Guardias Jóvenes y una Bandera de la Policía además de la Sección de Perros de la Academia Especial.

Poco a poco, merced a su presencia en actos públicos de todo tipo, la Sección se fue popularizando, despertando el interés no sólo en el público sino también en los más prestigiosos medios de comunicación; así el 2 de diciembre de 1952, el diario madrileño ABC, publica un reportaje sobre la Unidad, firmado por el periodista José de las Casas Pérez.

Distintivo de la especialidad de "Guías Caninos". 1ª época (colección de Simón Javier Iglesias Andrés)

El reportero, que pasó una de las jornadas de adiestramiento, junto a los Guías y sus perros, en la Escuela Especial de Canillas, destaca, en su artículo, el alto grado de adiestramiento de los canes en las diferentes especialidades en las que son instruidos. Defensa y ataque; socorro y rescate o funciones de enlace, son algunas de las aptitudes en las que son adiestrados los perros de esta Unidad pionera en España.

En su trabajo, ilustrado con varias fotografías, hace un símil entre la formación académica y la de estos animales de tanta utilidad policial, concluyendo que, una vez finalizados los largos meses de adiestramiento en materias de obediencia y en las propias de la especialidad, cada perro termina recibiendo un auténtico título de "licenciado o doctor" en la materia enseñada.

Durante la estancia del reportero en la Academia Especial presenció varias demostraciones tanto en el desarme y detención de delincuentes como en tareas de rescate y enlace llevadas a cabo por los perros de la Unidad.

Buscando algún servicio relevante, realizado por la Unidad o alguno de sus integrantes durante estos primeros años, nos encontramos con un suceso acaecido en Madrid el domingo 8 de febrero de 1953. Aquella noche, alrededor de las doce, en una taberna de la calle Hermosilla, denominada "el Chaparral", un individuo de nombre Manuel Manzano Murguillo, arremetió con arma blanca contra Antonio Luis Prieto, a quien asestó varias puñaladas causándole heridas muy graves. Detenido el autor por un Sereno, cuando era conducido a la Comisaría del Distrito de Buenavista, logró darse a la fuga ocultándose en la obras de ampliación del Instituto Nacional de Industria en la plaza del Marqués de Salamanca.

Advertida la Policía Armada procedió a cercar la zona, iniciando un minucioso registro en el recinto de la obras con resultado negativo dada la falta de luz en el edificio en construcción. Se solicitó, entonces, el apoyo de un perro de la Sección de la Academia Especial, acudiendo al lugar el Policía Luis López Aguilar junto a su perra, de raza pastor alemán, "Zaida"; una vez en el interior del edificio, el perro comenzó a rastrear todos los rincones logrando localizar al huido tras unos paneles de escayola, procediendo a marcar el lugar a su guía quien practicó la detención del autor del hecho.

La perra "Zaida", de cuatro años, ya había participado en algún otro hecho de relevancia como fue la detención del autor de robo cometido en la calle Lista dos años antes. En aquella ocasión, al percatarse el Policía López Aguilar, de que un individuo huía a la carrera con un saco al hombro perseguido por varios transeúntes, animó a la perra a perseguirle logrando darle alcance, inmovilizándolo hasta la llegada del Policía, sin causarle lesión alguna.

Con el paso de los años, especialmente, mientras la Policía uniformada estuvo vinculada a las Fuerzas Armadas, era habitual contemplar la estampa de la Unidad Canina desfilando, sobre vehículos, en los grandes desfiles militares celebrados con motivo de la conmemoración de la Victoria, primero, y más tarde en el Día de las Fuerzas Armadas; creemos de interés, por ello, dejar constancia que fue en el desfile celebrado en Madrid el 1º de abril de 1957 en el primero en que participó la Unidad Canina marchando sobre vehículos. Se da la circunstancia que este desfile fue también el primero retransmitido por Televisión Española en directo.   

Ya como apunte final a estos primeros años de historia referiremos que la prestigiosa revista "Blanco y Negro" en su número correspondiente al 27 de julio de 1957, insertó en sus páginas interiores un reportaje, ampliamente ilustrado con fotografías, que bajo el título "Veintidós perros al servicio de la Ley", está firmado por José Benito Sierra.

Merced a este interesante trabajo podemos saber que en este año de 1957, la Sección Canina de la Academia Especial de Canillas estaba integrada por veintidós canes, como ya se ha hecho referencia, de los cuales dieciocho son pastores alemanas y los cuatro restantes de raza Doverman. Estos perros, además de prestar los servicios policiales encomendados al Cuerpo, en ocasiones, de acuerdo con las necesidades, son cedidos al Ejército para efectuar tareas de vigilancia en polvorines y recintos sensibles.

En este año de 1957, la Sección, está mandada por el Capitán de la Policía Armada Lorenzo de Mena Cubero.

El artículo nos permite conocer un poco más de la vida y adiestramiento de estos animales al servicio de la Policía. La jornada diaria comienza a las nueve de la mañana con la limpieza de cada uno de los perros y a partir de ese momento se inician los ejercicios de adiestramiento consistentes en saltos, rastreos, pases de pista de aplicación, aprendiendo a obedecer las órdenes que da cada uno de los Guías. Estos ejercicios de instrucción se realizan hasta las siete de la tarde, hora en que se reintegran a los caniles.

El plan de instrucción se prolonga hasta el viernes, dedicando los sábados a la revista veterinaria. En este sentido se extreman tanto las medidas sanitarias que alguno de estos animales, con una media de 32 kg. de peso cada uno, se le llega a alimentar con aceite de hígado de bacalao y "pelargón", si se advierte en ellos signos de debilidad, especialmente durante los primeros meses de vida.

En esta fecha, las voces que se utilizan para la instrucción son las siguientes: "pie" cuando se desea que el perro esté en posición normal; "plás" para que se mantenga sentado sobre las patas traseras y "sen" para tenderse. El periodo de instrucción de obediencia dura unos ocho meses, terminada la cual comienza la instrucción para los servicios especiales de policía y guerra.

El aprendizaje en los servicios de policía consisten en la protección del Guía y en el control y en su caso reducción del delincuente o su persecución si se dan las circunstancias de una fuga imprevista. En caso de guerra, son adiestrados para transporte de heridos, tendido de líneas telefónicas portando los rollos de hilo, envío de partes y rectificación de los fuegos de la artillería conduciendo bajo las alambradas las nuevas coordenadas para el fuego de batería.

En cuanto a la alimentación y estado sanitario, los gastos son relativamente pequeños, dotando a cada animal de la cantidad de 7,50 pts. diarias. El menú, que se distribuye en los caniles a la una y media y a las siete de la tarde, consiste en pisto de carne, pescado y harina de maíz.

El reportaje se ilustra con varias fotografías que permiten conocer las diferentes fases del adiestramiento de estos perros de la Policía Armada, pioneros en España.

Y así concluimos este rápido apunte de los primeros años de historia de la Unidad Canina de la Policía Armada y de Tráfico. Poco a poco, con el paso del tiempo, este servicio se va afianzando primero en la propia Policía Armada, más tarde en la Policía Nacional, hasta llegar a nuestros días en que el CNP le concede un relevante valor al uso de estos auxiliares policiales.

Hoy en día, a la estela de aquel ejemplo, son otros los Cuerpos que cuentan en sus filas con Unidades Caninas o Cinológicas; tal es el caso de la Guardia Real que cuenta con una Sección afecta a la Compañía de Control Militar del Grupo de Escoltas; de las Unidades de Policía Naval del glorioso Cuerpo de Infantería de Marina, adscritas a los Tercios Norte, Sur y Levante, Agrupación de Madrid y Unidad de Canarias de la Fuerza de Protección, donde se les asignan diferentes misiones tales como protección de instalaciones, defensa y ataque, localización de explosivos, etc.; de la Policía Aérea del Ejército del Aire que se apoya en estas Unidades para la protección de Bases; del Ejército de Tierra en Unidades de la UME y otras; de la Guardia Civil con funciones de carácter eminentemente policial e incluso algunos Cuerpos de Policía Local.

De esta Sección de Perros-policía, denominación que adquirió en los primeros años de existencia, es heredera directa la Unidad Especial de Guías Caninos de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana del C.N.P. y por ende las demás Unidades Caninas del Cuerpo.

BIBLIOGRAFIA
Hemeroteca La Correspondencia Militar
Hemeroteca de ABC
Hemeroteca de Blanco y Negro
Historia y anecdotario de la Policía Española 1833-1931. Viqueira Hinojosa. Madrid 1989
Conocimientos Profesionales. Madrid 1958
El Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII (1908-1931), mismo autor que el presente trabajo
Otras publicaciones
José Eugenio Fernández Barallobre,
(artículo publicado en la Revista "Policía")











                                   

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